martes, 31 de mayo de 2016

Día mundial sin tabaco

Hoy es el Díamundial sin tabaco y Google no hizo un doodle de eso ¿por qué será?

Hace años, el siglo pasado podemos decir ya, las tabacaleras y la gente en general se negaban a aceptar que fumar produce cáncer. 
Ya no hay un “podría ser que”, no, es un hecho comprobado, una correlación directa entre toda la nicotina y el humo que la gente mete a su cuerpo y el cáncer de pulmón, garganta, legua y demás relacionados.

Y qué galán fuera que solo se afectaran los que fuman. 
Pero no. También los que jamás en la vida hemos tocado un cigarro salimos afectados por el humo de los fumadores.

Las alergias respiratorias son terribles, uno no vive sano ni un mes y se enferma otra vez, especialmente en este ambiente cada vez más contaminado. 

Yo, personalmente, sin mentirles, puedo sentir el humo del cigarro aun en un espacio abierto lleno de gente y estando lejos del fumador. Es tan simple como que cuando el humo llega a mí, empiezo a toser. Eso lo comprobé un dia en un concierto al aire libre. Iba caminando entre el gentío y de pronto me picó la nariz y me dio tos, sentí el olor al tabaco y vi a mi alrededor, ¿cómo era posible que alguien estuviera fumando entre tanta gente? Y de pronto lo ví, allá, en una esquina, escondido tras una columna del edificio, estaba el tipo con el cigarro.

Es indignante la falta de respeto, especialmente aquí y ahora que hay una Ley para el control del tabaco que prohíbe fumar en espacios públicos.

Un día fui a tomar un café a un establecimiento que tiene mesas al aire libre, pero bastante juntas. Habían varios rótulos con la prohibición de fumar, sin embargo inmediatamente me senté y abrí mi libro sentí el humo. Miré a mi alrededor y eran dos mujeres, tres mesas a mi izquierda, las que estaban fumando. El viendo llevaba el humo hacia mí y aunque me moví de lugar, no me quedó más que tomarme rápido el café que ya había pedido e irme, era insoportable. Las empleadas no se atrevieron a decirle a las personas que apagaran el cigarro, aun con el rótulo de prohibición en sus narices. Fail.

Otro dia, entramos en una farmacia...farmacia, dije!!!, y como estaba dentro de un centro comercial piqui, de “gente bien”, ajá, sí, ese que mencionan en el Retrato de Desigualdad de El Faro, resulta que estaba el grupo de jóvenes haciendo humo dentro de la farmacia con uno de esos “cigarros electrónicos”. Humo es humo, no me jodan. 
Al entrar, con mis dos niños y nuestras alergias, les hice la peor mirada que pude y dije en voz alta: ¿pero qué no saben que es prohibido fumar en espacios públicos?. Los fulanos solo se rieron. Entonces “él”, más alto y más fuerte que yo y que los fulanitos, le dijo al que tenía el aparato: “por respeto a la niña, apaguen eso o sálganse de aquí”. “Si no tiene nicotina” dijo el que lo tenía, entre risas. - Es que no es solo eso, también el humo afecta, ignorante – le dije yo.
Quizá le vieron en la mirada a “él” la firme intención de agarrarlos de la camisa y ponerlos al otro lado de la puerta, así que se salieron entre quejas. Cuando ya estaban afuera, otro joven de, no sé, unos ventitantos, que estaba también comprando en la farmacia nos dio las gracias por haber sacado a los fulanos. A él también le molestaba, pero no se atrevió a decirles nada. Los dependientes qué.

Digo, ¿a ud le molestaría que yo pasara enfrente y así sin conocerlo ni decirle nada agarrara un cuchillo y le hiciera una herida en el brazo y le dijera, nah, es solo sangre? a pues a mí me molesta que la gente vaya con su humo inflamando las mucosas de mi sistema respiratorio.

Sí, yo sé, que alguien que va a leer esto fuma, me di cuenta hace poco. 
No, no lo voy a dejar de querer, pero debería quererse más a sí mismo y a sus nietos y dejar de hacerlo, en serio. 

Estoy segura que mi bisabuela, mi abuelo y mi padre jamás quisieron hacernos daño intencional, pero los tres fumaban y de ahí ni duda de dónde mis alergias y las mil enfermedades respiratorias y de la piel a lo largo de la vida, que según dicen de chiquita casi casi me muero. 
La bisabuela se murió fumando. De hecho el último cigarro se lo fumó en la cama del hospital, a unas horas de morir. Murió de cáncer en el estómago, en aquellos tiempos en los que la palabra cáncer no era muy conocida, solo nos dijeron que “le estalló la úlcera”. 
El abuelo dejó de fumar diunsolo, al primer infarto. Jamás en la vida volvió a tocar un cigarro, pero el daño estaba hecho y a ese le siguieron otros dos infartos. De milagro sigue ahí, gracias a Dios aun lo tenemos. 
Mi padre dejó de fumar por voluntad propia y de la noche a la mañana un dia, cuando yo tendría unos 11 o 12 años, y anotó en la cajetilla dura de Marlboro esta frase: “tabaco, te cambio por jugos naturales y frutas”. Lo cumplió, pero igual, el daño ya estaba hecho, tanto en nosotros como en él. Le dio un ACV (accidente cerebrovascular) del que nunca se recuperó.


Es impresionante cómo la industria tabacalera se burla de la humanidad y sus debilidades. Obligados, después de juicios millonarios en USA, ahora en lugar del hombre en caballo o la chica en bikini, las cajetillas de cigarro traen imágenes de personas con cáncer en diferentes órganos...y la gente sigue comprando, los jóvenes siguen iniciándose en el vicio...no tenemos remedio….¿o sí?.

lunes, 30 de mayo de 2016

Golden State Warriors - por la historia

Mucho se dijo en los programas deportivos la semana pasada cuando la cosa se puso 3-1 entre  Oklahoma City Thunder y Golden State Warriors. Lo que más predominó fueron las estadísticas. Van a disculpar que no les dé el dato exacto, no andaba papel y lápiz a mano, casi todos los programas deportivos los escucho manejando.

La idea general es que, de las digamos 289 (pueden ser más o menos, pero son más de 250) veces que las series se han puesto 3-1, solo nomeacuerdo cuantas el que iba perdiendo ganó el 5to partido, haciendo un 3-2 y obligando al 6to juego. De esas si no me acuerdo mal, solo en 60 ocasiones hubo 7° juego. Y la historia es cortita después de eso, solo en 9 ocasiones el que iba perdiendo 3-1 resultó ganando 4-3

1970 Eastern Division Finals — Boston Celtics over Philadelphia 76ers

1970 Western Division Finals — Los Angeles Lakers over Phoenix Suns

1979 Eastern Conference Finals — Washington Bullets over San Antonio Spurs

1981 Eastern Conference Finals — Boston Celtics over Philadelphia 76ers

1995 Western Conference Semifinals — Houston Rockets over Phoenix Suns

1997 Eastern Conference Semifinals — Miami Heat over New York Knicks

2003 Eastern Conference Quarterfinals — Detroit Pistons over Orlando Magic

2006 Western Conference Quarterfinals — Phoenix Suns over Los Angeles Lakers

2015 Western Conference Semifinals — Houston Rockets over Los Angeles Clippers

Ajá, sí, ahí están aquellos diciembres de Celtics, Lakers y Pistons.

Y la gran pregunta es:

2016 Western Conference finals — Golden State Warriors over Oklahoma City Thunder ?

Para mientras se descubre la respuesta hoy por la noche, les dejo las reacciones al juego de ayer, en el periódico AS




Ay, El Atlético (Subtítulo: La Champions tan tararantan-tan tan)

Se acabó, ese torneo de emociones que empecé a ver a finales de 2014 nomás por convivir con el peque y que me atrapó al cien.
Y se acabó con drama. No le iba a ninguno, pero sí quizá al Atlético, por aquella tendencia a irle al pequeño, al que nunca ha ganado, al no favorito...uno es rebelde.

Eso y ¿cómo no se va a rendir uno ante semejante espíritu?


Estoy leyendo una de las biografías de Sabina y repetidamente habla del Atleti y de su amor por Madrid. La letra que les hizo para el centenario, los describe de principio a fin:

Aquí me pongo a contar 
motivos de un sentimiento 
que no se puede explicar. 
Y eso que no doy el tipo 
del hincha que rompe piernas 
por defender a su quipo. 

Para entender lo que pasa 
hay que haber llorado dentro 
del Calderón, que es mi casa. 

o del Metropolitano, 
donde lloraba mi abuelo 
con mi papá de la mano. 

Qué manera de aguantar, 
qué manera de crecer, 
qué manera de sentir, 
qué manera de soñar, 
qué manera de aprender, 
qué manera de sufrir, 
qué manera de palmar, 
qué manera de vencer, 
qué manera de vivir, 

Qué manera de subir y bajar de las nubes, 
¡qué viva mi Atleti de Madrid! 

Ufarte, Kiko, Juninho, Ratón, Ayala, Pantic, Heredia, 
Antic, Levinha, Adelardo, Toni, Simeone, 
Grifa, Pereira, 
Peiró, Calleja, Ovejero, 
tal y tal y un tal cabeza, 
Zapatones de Hortaleza, 
Ben Barek y Caminero, 
Paseo de los melancólicos, 
Manzanares cuánto te quiero. 

No me preguntes por qué 
los colores rojiblancos 
van con mi forma de ser. 

Ni merengues ni marrones,, 
a mí me gustan las rayas 
canallas de los colchones. 

Mira si soy colchonero 
que paso por Concha Espina 
como pasa un forastero. 

Como los indios okupas 
que acampan con sus banderas 
en la ribera del Pupas. 

Qué manera de aguantar, 
qué manera de crecer, 
qué manera de sentir, 
qué manera de soñar, 
qué manera de aprender, 
qué manera de sufrir, 
qué manera de palmar, 
qué manera de vencer, 
qué manera de morir, 

Qué manera de jugarse en el derby la pelvis, 
¡qué viva mi Atleti de Madrid! 

Solozábal, Súper López, Rivilla, 
Santi, Jayo, Aguilera, 
Vavá, Gárate, Mendoça, Futre, 
Collar, toma delantera! 
Despekan el juego sucio 
un par de huevos de Lucio, 
gambetas de Rubén Cano, 
dos tetas de gran hermano 
y un principito heredero 
corazoncito de colchonero. 

Por la Intercontinental 
pide la clase de tropa 
otra Recopa en el bar. 

Ni perdemos los papeles 
ni cambio por mi Neptuno 
tu pasarela Cibeles. 

Cumpliendo cien años andas 
y estás más joven que el niño 
que galopa por las bandas. 

Y la afición a tu lado 
porque es adicta al veneno 
del balón envenenado. 

Qué manera de aguantar, 
qué manera de crecer, 
qué manera de sentir, 
qué manera de soñar, 
qué manera de aprender, 
qué manera de sufrir, 
qué manera de palmar, 
qué manera de vencer, 
qué manera de vivir, 

Con dinero y sin dinero somos los primeros, 
¡qué viva mi Atleti de Madrid! 

Atlético de Aviación, que pasón, 
un siglo de horas de vuelo 
dos años en el retrete tras un doblete 
rozando el cielo, 
volando hasta la buhardilla, 
llorando por los rincones, 
bajando a la alcantarilla, 
acariciando balones, 
infartando en la ribera 
del Manzanares los corazones. 

Qué manera de aguantar, 
qué manera de crecer, 
qué manera de sentir, 
qué manera de soñar, 
qué manera de aprender, 
qué manera de sufrir, 
qué manera de palmar, 
qué manera de vencer, 
qué manera de morir, 

Qué manera de subir y bajar de las nubes, 
¡qué viva mi Atleti de Madrid! 
Qué manera de viajar a la gloria gritando, 
¡qué viva mi Atleti de Madrid! 
Qué manera de decir cumpleaños feliz 
y brindar por mi Atleti de Madrid!

Y bueno, este tipo, que lo ha dado todo, sin dejarse intimidar por los millones, que al fin y al cabo, la mayoría de los que hoy son entrenadores, fueron con él jugadores


Verlo alentar a la afición es un show. Impecable de negro entero. Quizá solo le reprocharía en esta Champions la vez que se puso violento y dio un empujón a ya no me acuerdo quién.

En fin, un gol fuera de lugar y un penal fallado por un tipo que se dio todo en la cancha los 120 minutos, dejó campeón al Madrid, no al Atlético.

¿Que nos queda? pues, la Euro...aun sin Holanda, qué le vamos a hacer.
Siempre habrá una Alemania (medio Bayern) a quien ver.



martes, 24 de mayo de 2016

#MiPrimerAcoso La experiencia de los demás

Hace unos días les publiqué mis experiencias de acoso desde la infancia hasta la edad adulta, reciente, digamos. Una de las reacciones que más me impresionó fue la de un amigo, hombre, quien me contó las suyas. Sí, también a los niños varones les pasan estas cosas, y supongo que las han de callar aun más, por todos los estereotipos que como sociedad nos hemos creado.

Ahora les comparto el relato de otra mujer, que confió en este blog para exponer lo que a ella le pasó. Son inceíbles las similitudes: niños más grandes, adultos en posiciones de “confianza” que hasta lo hacen delante de los padres en son de broma, profesores...también veo una tendencia: ambas, madres, habiendo entendido lo que significó esto en nuestra vidas, estamos más alerta, más conscientes de que a nuestros hijos les puede pasar y, obviamente, los defenderemos mejor que nuestros padres.

Aquí su relato:

No se bien porque razón es difícil escribir de esto, si porque uno no se acuerda bien, si porque da pena o varias razones más.
Comencé a leer los relatos de mujeres que no conozco, pero siento que sí, me digo: ojalá hubiese estado ahí para protegerla, hablar, ayudarla. Hoy me toca a mi.

La primera vez que me sentí acosada tenía como 5 años y un niño, no sé si de mi misma edad o un año más, me seguía a todas partes en recreo y me decía que si quería ser su novia, no es que no supiera que era eso de ser novia, lo que pasa es que sabia que no era para mi edad, me sentía mal y con cólera, a veces me iba lejos de él para no verlo o me quedaba en mi salón sin salir a recreo, algo que ahora veo injusto para mi. Ahora que lo veo en retrospectiva me pregunto: ¿qué le enseñaron a ese niño? me imagino a esos papás que dicen 'buénale hijo" o yo que sé, pero yo detestaba a ese Carlitos. 

Luego se me vino a mi mente una que he repasado ya varias veces desde que me sucedió, solo que ahora ya la catalogo como agresión sexual (para mi desgracia): fue el primo de una amiga mía que era mi vecina. Su primo, que recuerdo le decían Beto, llegaba a quedarse unos días en las vacaciones. Tenía como 16 y yo apenas 8. Me dijeron que no me acercara a él, pero fui necia, llegué a buscar a mi amiga y é estaba solo en la cochera. Sí escuché esa voz que me dijo andate, pero no lo hice, me senté en un murito y le pregunté por mi amiga, ni siquiera me contestó, solo me tocó -en son de "juego de cosquillas"- mi vulva. No sé cuantos minutos pasaron, a lo mejor fueron segundos, pero me fui de ahí corriendo, no le conté nunca a un adulto, solo a otra amiguita --la que me advirtió de él- que después supuse que también le hizo algo. Luego pensé en mi amiga (la prima de Beto) y en su hermanita menor, lo que ellas habrán vivido en las visitas de este animal.

Ya tenía yo como 10, mi mamá nos llevaba a mi hermano y a mi a catequesis, estábamos a cargo de maestros y maestras jóvenes como de 20 a 25 años, me gustaba ir era todo muy bien organizado parecía colegio. Había un maestro en particular que decía que yo era bonita, lo decía con libertad frente a cualquiera, hasta enfrente de mi mamá y preguntaba: querés ser mi novia? a los demás  les daba risa, a mi me daba pena, me quedaba callada. En ese tiempo ese tipo de conductas de parte de un maestro no llamaba la atención, o sea, solo estaba bromeando (pensaban). Como madre que soy ahora, no dejaría que ningún hombre le dijera esas cosas a mi hija y puedo hablar por mi esposo que tampoco lo permitiría.

El bachillerato fue algo tranquilo, uno que otro enojado porque no quería ser su novia, pero casi todo bien, siempre fui de las que no me quedé callada cuando me decían cosas en la calle, a veces iba con mi mamá y ella me decía "niña, callate, no les hagas caso" . Nos reíamos de las cosas que yo les contestaba, pero en realidad lo que sentía era rabia, por qué estos se creen que me pueden decir cualquier patanada??!!! Así sigo pensando y hace poco en mi colonia silencié a unos obreros de una construcción por haberme 'piropeado". Me sentí invadida porque estaba en mi colonia, este pequeño lugar muy privado que entre vecinos cuidamos para mantenerlo así.

En la Universidad recuerdo específicamente una evaluación oral, uno era examinado individualmente y a veces en grupo, me tocó entrar con una compañera, pero el catedrático le hizo las 5 preguntas a ella primero y le dijo que ya podía salir. Cuando yo le estaba dando la última respuesta puso su mano en mi pierna -muy inocentemente habrá pensado él- y me dijo "no te preocupes, has salido bien" mientras me sobaba la pierna. En ese momento solo querés salir corriendo, gritar o golpear al abusivo, no hice nada de eso, hasta gracias le dije y me salí del aula.
Otro profesor o catedrático se topaba a mi cuando me daba las indicaciones en la clase de informática, me llamaba por mi apellido en diminutivo, me molestaba porque no me llamaba por mi nombre como a todos y se acercaba a mi más de lo debido y esa sensación de estrés antes de ir a la clase porque sabia lo incomoda y hostigada que me iba a sentir. 

Una amiga dejó sus practicas, ya las había terminado, solo le faltaba la constancia, pero quien se la tenia que firmar era el tipo que la había acosado durante los 6 meses anteriores, le decía cosas inapropiadas, le agarraba la mano, el brazo a la fuerza para no dejarla ir, hasta que la trato de besar a la fuerza y claro mi amiga salió corriendo, nunca regresó.  Le dije que lo denunciara, pero era la palabra de una recién egresada contra la de un funcionario público (sí, porque fue en una institución del Estado, de esas que lucha por los derechos de todos). Me imagino que ese parásito sigue trabajando ahí, no se qué habrá sido de él, pero mi amiga si quedó mal y no quiere ni dedicarse a la carrera.

Supongo que si medito más podría recordar otros eventos, pero esto me ha puesto a reflexionar más que todo en las niñas, que viven mucho acoso y abuso y casi nunca lo cuentan, no saben como hacerlo, son niñas indefensas, inocentes. Trato en todo lo que puedo enseñar a mi hija a que reconozca un buen trato, a que nadie la toque y que demuestre su disgusto si se siente incomoda con algún adulto o niño que la hostigue.   
No quiero que ella ni ninguna niña pase una sola cosa de las que yo pasé.

¿Quiere ud compartir su experiencia? dele, aquí hay un espacio abierto.

lunes, 23 de mayo de 2016

QEPD Rosario Ferré

Ando atareada, atareadísima...pero para mientras encuentro un momento pa escribir, les dejo esta reflexión de Rosario Ferré, que escribía divino...porque se murió en febrero y yo ni cuenta me había dado.


Ahi me acuerdan que les cuente de Maldito Amor, de ella.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Ser Madre: la esencia en un video

En el acto del colegio nos pusieron este video
https://www.youtube.com/watch?v=fF2_s5tDn2s


Y claro, yo, que lloro con todo lo que tenga que ver con los hijos, era lágrima tras lágrima, en especial en la parte esa donde le pega la gripe, porque los he tenido enfermos y cabal, ahorita que ya van saliendo, me cayó a mi el combo de enfermedades.

Tengo algo más que escribir sobre el día de la madre, pero ténganme paciencita, que también tengo cosas laborales que atender =)

martes, 3 de mayo de 2016

#MiPrimerAcoso resultados del experimento mediático

Si ud leyó el post de #MiPrimerAcoso, aquí le dejo dos publicaciones de Catalina Ruiz donde recogen las experiencias resultantes del HT y las historias recibidas.

Todas tienen algo en común: eran niñas, no les creyeron, las culparon.

También los niños varones sufren abusos de estos, oye.

Me llamaron la atención dos párrafos, porque son en cierta forma parecidos a lo que les conté:

Una de las historias enviadas decía: "Me seguía después de la escuela, se aparecía en reuniones, iba a mi casa siempre a esperarme, llamaba por teléfono y respiraba en la bocina, y siempre que estábamos en público trataba de abrazarme. Eso me hacía sentir muy mal con mi amiga y muy incomoda. me dijo que si yo le decía algo a ella, diría que yo era la que lo buscaba a él.”

Y una de las conclusiones que saca Catalina de todo esto: "nos acosan porque pueden, y desde tiempos en que no sabemos cómo reaccionar (de niñas). Es a tal grado la normalización, que muchas de nosotras apenas estamos cayendo en cuenta de que eso que vivimos fue abuso. Recordamos el miedo y el asco, sí, pero lo asumimos como algo que era nuestra culpa, como algo normal. Y hoy, que lo contamos, tenemos rabia con nosotras mismas por no haber sabido reaccionar, como si, siendo niñas o mujeres tuviésemos esa responsabilidad. ¡Estúpidas nosotras que no aprendimos a responder a la violencia!


Soy tan FAS como vos Firpo, pero nunca fui al estadio (post a dúo con Daniel Rucks)

No le voy al FAS, SOY FAS, que es algo distinto. 

Le voy al Bayern Münich, al Borussia Dortmund, a la Juventus, al Liverpool, al Atlético de Madrid, al Sevilla, al Paris Saint-Germain...pero de ser, soy solo FAS.

Para cualquier santaneco que se respeta, la catedral, el teatro y el FAS son parte de su identidad. Decir Santa Ana es decir FAS. Nacemos Tigrillos.

En el ámbito público, creo que si hay alguien tan Firpo como yo soy FAS es Daniel Rucks. Él, que es nacionalizado salvadoreño y más salvadoreño que muchos nacidos aquí, tiene en su bio de Twitter @RucksDelBo una sola frase: “Antes muerto que dejar de ser Firpo”. ¿Queda alguna duda después de eso?.

Hay una diferencia entre Daniel y yo: él va al estadio, tanto cuando Firpo juega de local como de visita, y ha sido hasta parte de la Directiva. Yo, yo nunca, nunca en mi vida he ido al estadio a ver un juego de Liga Mayor de Fútbol. Esa diferencia ¿nos pone en una categoría diferente de aficionados?

Me surgió la inquietud porque casi siempre cuando los periodistas deportivos hablan del apoyo a los equipos y de la “afición” se refieren a la gente que va a los estadios, dejando de lado a los que somos alma, corazón y vida por ese equipo, pero por circunstancias diversas de la vida no podemos ir al estadio.

Digo, los equipos europeos tienen una gran afición de este lado del charco, y de esa gente, me atrevería a decir que el 90% nunca los ha ido a ver jugar. ¿Son por eso menos aficionados?

Y no es que no haya ido al estadio porque no me guste, son quizá simples circunstancias. De niña porque a mis papás no les llamaba la atención, solo fui a canchas intermedias a ver categoría mosquito, C y B, en las que jugaba un amigo-casi-hermano y luego mi hermano. 
De adolescente, porque no me dejaban ir sola y un grupo de gente que conocía que sí iba cada sábado y miércoles que jugaba el FAS nunca me quisieron llevar “porque muy chiquita”, y ellos ya eran adultos y eso. 
Ya en San Salvador, que porque muy lejos ir de noche al Quiteño, luego que muy peligroso ir sola, después que los niños...y así. 
Alguna vez he tenido la intención de ir a ver a la Selección, pero cuando me acuerdo que el parqueo es un dolor de cabeza, que las entradas son caras y me tocaría comprar 3 y que no es un ambiente como para que una ande sola con pequeños, pues tampoco. 
No sé, quizá si encontrara un grupo o al menos un par para ir en las mismas condiciones la cosa sería distinta. A saber. La onda es que no, nunca he ido al estadio a ver un juego del FAS, pero soy tan FAS como vos sos Firpo, ¿no te parece Chele?

Al “¿no te parece Chele?” @RucksDelBo responde:

El proceso de incorporación de mujeres al fútbol en nuestro país, es todavía reciente … ya ves Claudia que nuestros exponentes máximos, tiran sus diatribas “yo marco como hombre”, “vamos a pelearla como hombres” que te marcan una cargada misoginia en el cerebro de muchos nuestros jugadores, dirigentes, gente de fútbol ….

Tilt! Error …

Sin embargo nada de eso debe extrañarnos, es parte de un patrón cultural heredado, las mujeres no iban al estadio … huy Dios ! Y te estoy hablando de cuarto de siglo atrás … no hace tanto.
Luego la incomparecencia a los “sagrados recintos futboleros del país” no desmerece tu ser FAS …

Ahora bien. Las cosas han cambiado, yo voy al Quiteño con mi esposa y mis hijos, porque creo que es importante hallar territorios comunes en los gustos de cada quien, aunque ellas son FAS y mi hijo y yo somos Firpo … literalmente, yo duermo con el enemigo.

En Usulután, tal vez por el calor y la ligereza de ropas, siempre hemos sido más liberales, tenemos un público mixto extraordinario, familias, mujeres que llegan solas, o con sus hijos a alentar al Toro Pampero, eso es lindo … eso es Patria, más allá de todo sexismo y hasta racismo que existe en nuestras canchas, ahora que mucho jugador, caribeño y colombiano, se ha incorporado al futbol (actitud de racismo, por cierto incomprensible).

Así que anímate, altri tempi escribía el Dante …

Y gritar un gol en tu estadio, con tu barra … es lo real lo genuino …

Gritárselo a la TV es casi tan lindo (¿?) como hacer el amor …
… con ropa interior de lana puesta.


POST EDICIÓN NECESARIA: Este post fue escrito viernes, antes que se jugara la fecha 21 y el FAS quedara, lamentablemente, onceavo y fuera de toda posibilidad de clasificar a la siguiente ronda, por primera vez desde que tengo memoria se ha quedado tan abajo en la tabla. 
Es cierto, el equipo tuvo un mal torneo, pero de eso a acabárselo con saña como hicieron en Fanáticos Radio no me parece justo. Ricardo Moreira, quien dice ser santaneco, pero no es FAS, ¿? habló muy duro, casi con desprecio del equipo, de la cancha, de la directiva, hasta de la afición. Y no se vale. No recuerdo que hayan hecho lo mismo cuando Firpo perdió la categoría y jugó en segunda por un tiempo.
Mejor análisis hicieron en Los Provocadores, siendo más objetivos, analizando la situación sin inclinar la balanza, solo con hechos.
Bien lo dijo Fernando Palomo un día antes en Pencho y Aída, que algunos periodistas iban a hacer leña del árbol caído.

lunes, 2 de mayo de 2016

#MiPrimerAcoso

El título obedece a un hashtag HT o etiqueta usada hace unos días por Catalina RuizNavarro para que las mujeres, especialmente de México, contaran cuál había sido el primer acoso que habían sufrido – partiendo del supuesto que habían sufrido más de uno a lo largo de su vida, asumo -.

La dinámica rindió frutos y muchas mujeres contaron sus experiencias, en diferentes etapas de la vida: niñez, adolescencia, edad adulta, y en varios ámbitos: en la calle, en la escuela, en la universidad, en el trabajo. Creo que de las que más vi fue en la vía pública, al parecer México, como la mayoría de latinoamérica, es un sitio donde ser mujer y transitar son elementos de alto riesgo.

No participé en twitter, tanta desgracia no cabe en 140 caracteres. Pues, sí, como se imaginarán, también tengo anécdotas al respecto. Ajá, en plural.

El primero, si el recuerdo es correcto, debió ser cerca de los 8 años o menos. Mi madre tenía una amiga que vivía con sus 2 hijos varones, uno de mi edad y el otro menor, y un hermano de ella que tenía como 2 años más que yo. Era una casa enorme, antigua, con la mayoría de las habitaciones desocupadas. Por muchos años de la infancia y la adolescencia, en los que las visitas a la amiga fueron recurrentes, siempre sentí una aversión hacia el hermano de ella y no sabía por qué, mi madre me lo preguntaba frecuentemente y creo que todo terminaba en un “me cae mal”. De pronto, en la edad adulta, el recuerdo vino a mi memoria y entendí todo. Mi madre y su amiga estaban conversando en el patio y los 3 niños y yo jugábamos en toda la casa. En el recuerdo estoy yo, sola con el hermano de la amiga, ese que tendría 10 o más años, y me empujaba contra la pared intentando besarme. Esa era la razón por la que lo detestaba, pero quizá un mecanismo de defensa había bloqueado el evento y no lo pude recordar hasta que hubo una época en la que muchos eventos de la infancia regresaron a mi mente. Ese fue, supongo, el primer acoso.

Luego vendrían más.

En aquellos tiempos uno salía libremente a la calle a jugar en bicicleta y pasaba mucho tiempo lejos de la mirada de los padres, solo lo llamaban a uno a la hora de la cena para que volviera a la casa. Eso hacía yo todas las tardes entre los 11 (cuando tuve mi primera bici) y los digamos 14 años. A los 13 estaba en octavo grado, en una escuela solo de niñas, y mi hermano en un colegio solo de varones. Pues estaba el hermano de un compañero de mi hermano, que evidentemente sabía donde vivíamos porque su hermano y el mío eran compañeros de aula. El tipo en cuestión estaba en bachillerato y pasaba todos los días frente a mi casa al volver del colegio, y como la puerta siempre estaba abierta, miraba hacia la sala de mi casa y sonreía con malicia. Yo le hacía la peor cara que podía, me cayó mal desde el primer momento, y sobre todo odiaba sentirme observada en mi propia casa. La cosa se puso peor cuando empezó a mandame papelitos con el hermano, mismos que yo tiraba al basurero. Llegó la descaro de pararse en la puerta de mi casa y gritarme – acera, calle y estacionamiento de por medio – hasta el lugar donde yo estaba en la bici, diciéndome que “lo aceptara” (ajá, para que fuéramos novios, cuando yo tenía 13 y él como 16). Quizá fui cruel, pero fue el único mecanismo de defensa que encontré, así que le devolví el grito y le dije, delante de todos los niños que estaban también con sus bicis jugando, que no me gustaba porque era muy feo. Pero, el punto es que para mí, ahora que lo veo, eso fue acoso. Primero por la diferencia de edad, y luego porque invadía mi espacio personal y me quitaba la tranquilidad, cuando ya n veces le había insinuado que me dejara en paz.

¿seguimos? Sí, hay más.

En bachillerato, mixto, había un niño que me gustaba. Pero...resulta que yo le gustaba a un amigo de él, que dicho de paso, tenía novia, de esas con permiso y todo. Entonces no solo el niño que me gustaba no me hacía caso “por lealtad al amigo”, sino que además la novia del otro me llamó un dia para decirme que ella lo quería ver feliz y que se iba a apartar para que pudiera andar conmigo ¿? a mis 16 años no había escuchado insensatez mayor, especialmente porque la chica me lo seguía repitiendo después de como 15 min de charla en la que por todos los medios traté de explicarle que su novio no me interesaba en lo más mínimo y si le dirigía la palabra era simplemente porque éramos compañeros de aula y pues yo le hablaba a todos. La cosa se puso peor al año siguiente, en el que hasta algunos maestros me veían raro y la orientadora me llamó a su privado un dia para decirme que ayudara al tipo, que él me quería y que iba mal en las notas y que era por el enamoramiento y nojequé. O sea, ¿por qué tenía yo que cargar con culpa porque el tipo se sintiera mal? Jamás lo vi bonito ni le insinué nada de nada, él solito se hizo el rollo. Y ahi voy otra vez, con mi ingenuidad casi irracional creyendo que todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario. El tipo me mandó a decir, con otro compañero, que necesitaba hablar conmigo después de clases, en un salón del otro bachillerato, que a esa hora era zona desierta. No me pregunten por qué, solo fui, sin temor ni nada, a ver qué quería. Resultó que estaba en la puerta del salón vacío, no se oían ni los grillos, el lugar es enorme, y me empezó a decir que me quería y que nojequé. El tipo era mayor, solo que yo no sabía porque jamás me interesó nada que tuviera que ver con él. Yo tenía 17 y él más de 20. Con la LEPINA de hoy, eso hubiera sido delito, yo era menor de edad y él no. El punto es que a cada “no” que yo le decía, él comenzaba a acercarse más, levantaba la voz, hasta que estuvo tan cerca que pude sentir algo abajo de su cintura...no es mentira, en mi casa el tema era como tabú, nunca me hablaron de eso, no tenía ni idea de qué sucedía, solo intuí que no era bueno para mí lo que estaba sucediéndole. Se acercó más e intentó besarme a la fuerza, en no sé qué momento reaccioné y me le escapé, corrí por todo el recinto sin mirar atrás, fueron los 200 metros más largos de mi vida, hasta que llegué a la calle y me subí al primer autobús que pasó, sin fijarme siquiera si era el que llevaba a mi casa, aun en marcha mi corazón latía tan fuerte que sentí que me iba a dar algo, estaba aterrada de que me pudiera seguir. Evidentemente me alejé de él lo que quedaba del año. Por suerte el centro de estudios albergaba 1500 estudiantes que salían a recreo al mismo tiempo, así que era fácil perderse en la multitud. A la salida nunca más me fui sola, me esperaban 2 amigas de otro salón o aprovechaba el grupo/tumulto que abarrotaba los pasillos al sonar el timbre. En la excursión de fin de año fuimos a la playa, solos, sin maestros ni nada, eran tiempos sanos y éramos libres. Resultó que a media tarde lo tuvieron que sacar los guardavidas porque se embriagó y se fue mar adentro, que se quería ahogar dijeron, que por mi culpa dijeron. Fui la comidilla del regreso. Horrrible.

En esa época también ocurrió otro, peor todavía, porque duró años. El tipo, casado y 10 años mayor, se me aparecía a la salida de clases, me abordaba en la calle, me llamaba por teléfono, me hostigaba preguntando quiénes eran los compañeros con los que salía de clase (ya había aprendido a no irme sola) y literalmente no me dejó tener novio porque siempre andaba rondando. Me insinuaba que le mintiera a mis padres e intentaba tocarme en cuanta ocasión tenía. Fue muy difícil, representaba una figura de autoridad en el lugar en el que coincidíamos semanalmente. Mis padres se enteraron por terceros y no hicieron nada. Ni siquiera regañarme “por provocarlo” lo cual hubiera al menos abierto el canal de comunicación y hubiera dado pie para discutirlo. No. Silencio total. Lo que hicieron fue ir a quejarse con una autoridad mayor, quien ridículamente llegó a amenazarme, a mí, a la menor de edad, porque protegía al tipo a toda costa.

En la Universidad fue un maestro, que esperaba a que todos se fueran para acercarse y preguntar si alguien vendría por mi. Siempre respondía que sí, que esperaba a mi novio, inexistente por cierto, pero servía para que se fuera. Una vez nos indicó entregarle una tarea en su oficina particular e insistió en que debíamos llegar solas...a los hombres no les puso ese requisito. La rabia me carcomía, era el penúltimo año, el ciclo anterior le había dejado por capricho la materia a una amiga, sí, tenía miedo de que me hiciera lo mismo y nunca lo denuncié. Años después de graduada seguía dando clases y lo seguían teniendo como un profesional ejemplar. Puaj.


En el trabajo, el Contador. Insinuaciones aquí y allá, cuestionando con quién salía a almorzar – ni mi marido preguntaba eso!- y amenazas del tipo “no le doy su cheque si no viene a pedirlo a la hora x a mi oficina”. Lo aguanté un par de años y luego me harté, le declaré guerra abierta. Hace poco me chocó el carro estacionado y solo le quedó la risa de que no pagó el golpe “porque ud es mujer y no se estacionó bien”. Por ahora no le dirijo la palabra, le paso al lado como si no existiera...”lleven la fiesta en paz y resuelvan sus diferencias” dijo el jefe un dia. Doble puaj.