Dicen que TW es un
lugar donde mucha gente ve TV junta.
También en época
electoral ha sido un sitio donde la gente toma partido, pelea por un
bando y se agarra de los cabellos virtualmente mientras los
candidatos bien galán comiendo juntos.
También es un
conglomerado de gente riéndose junta de los errores de otros,
inventando un hashtag HT que se viraliza y se pasan días hablando de
lo mismo.
Todo eso no estaría
mal, si fuera solo diversión. Pero cuando ya entra en el plano de
que gente sale lastimada, o pierde su empleo, ya no hace gracia.
Y eso fue justamente
lo que ocurrió durante la Semana Santa...sí, cabal, la época de
reflexión y para hacer el bien al prójimo resultó ser la fecha en
que unas gentes se dieron a la tarea de “trollear” a alguien por
puritita maldad y luego ufanarse de que, gracias a su trolleo, esta
persona ya no está más en su trabajo.
La persona se
despidió de su trabajo como se despiden todas las figuras públicas,
agradeciendo la oportunidad y diciendo que “se dedicaría a sus
proyectos personales”. Y hasta ahí nada olía mal.
El punto es que,
mientras esa persona decía adiós, aparecieron de nuevo los ilustres
trolles en TW, agenciándose la “victoria” de la separación de
esa persona de su puesto de trabajo. Salvadoreños modelo, sin duda.
Uno de ellos ni siquiera vive aquí, mira la vida que nos aqueja
desde la comodidad de su pantalla. ¿Cómo lo sé? Pues porque se ha
dado a la tarea de hacerse “figura pública”, notorio, pidiendo
casi de manera asfixiante que lo saluden en todos lados y bueno, sí,
ha logrado que su nombre sea reconocido.
Esta situación
tiene el agravante de que el bulliying tiene su origen en el
pensamiento político de la persona afectada, y tal como se ve en los
tuits, los acosadores son de “la otra” ideología.
Es decir, el
mismo pleito inútil que vivimos cada día, tal como bien lo expresó
alguien en la misma red:
- Tu gobierno nunca
hizo nada
- El tuyo tampoco
Y así, nadie nunca
arregla nada porque, al fin de cuentas, la polémica vende y rinde
ganancias: económicas, políticas, de poder, sociales, de ego, lo
que sea.
¿Exagerada? No sé,
juzgue ud mismo. La conversación es tan pública como el periódico
del dia, cualquiera con una cuenta de TW la puede ver.
|
Los recuadros son nombres de personas mencionadas en la conversación |
|
Es decir, aceptan que hicieron el hostigamiento de manera consciente e intencional |
|
Si al menos tuvieran buena ortografía verdad. He ahí, en blanco y negro, el odio político y la firme intención de seguirla.
|
|
Aquí es donde interviene alguien, llamando a la cordura. Y la respuesta inaceptable "y es normal en esta época" Sí, así como vivimos creemos que cualquier tipo de violencia es normal. |
Mención especial
requieren dos personas del equipo de trabajo de la persona afectada,
quienes intentaron detener el bulliying y además pidieron respeto.
Indignante que, por toda respuesta, el acosador indicó “estar en
su derecho” de hacerlo.
Y bueno, no ha de ser la primera vez que pasa y por desgracia no creo que sea la última.
Tristeza, indignación y pena ajena.
Me gustaría que los empleadores de esta persona dijeran si esto afectó o no, pero eso jamás sucederá, porque de decir que sí, se verían en una seria violación a los derechos laborales, porque no es legal despedir a alguien por sus creencias, ni religiosas ni políticas.
El código de trabajo tiene muy claras causales de despido, y no creo que esto cuadre ahí.