Y fue una semana tan movida que el post de cumpleaños aparece, tal como mi partida de nacimiento, haciendo referencia al año próximo pasado.
Lo que ve en la foto de arriba es el postrecito del almuerzo de celebración con mi familia original y mi descendencia. Si ya ha ido en su cumpleaños, pues ya sabe donde fue.
Una serie de regalos Garfielísticos, incluidos llavero, monedero y un peluchín, de parte de quien me dio la vida y, pensándolo bien, también estaba de aniversario de ser mamá, pero no la felicité. #YoMuyMal.
Luego a una maratónica tomada de decisión del peque, sobre qué juguete elegir porque uno que le regalaron no le funcionó y hubo que hacer un cambio. Interesante que en ese almacén en el que todos compramos y nos dan la caja con chonga y tarjeta preimpresas, hayan tantas devoluciones que finalmente se les ocurrió poner una mesita especial para el trámite, en lugar de la larga fila de atención al cliente. Ahí si que no se complican, pisto es pisto, si no le gustó la plancha, tome le devuelvo una tarjetita y llévese lo que le guste.
Una cena con los compadres del Bautizo 1, donde me dieron otro postrecito al que no se me ocurrió tomarle foto, quizá por el pánico de que era sorbete y tenía una vela enencida encima ja ja ja ja.
Suficientes calorías para no comer en el resto de la semana. Pero no, necia yo, seguí. El dia posterior, además de dedicarle mi vida al VMT, almorcé con dos bellas damas.
Y el viernes, el pastelito de abajo, con la comadre del Bautizo 2, allá en mi bella Santa Ana. Porque no es posible que yo no cumpla años en Santa Ana, como me obligaron este año a celebrar “el propio día” en San Salvador.
Una “semana de cumpleaños de Claudia” que me dejó además de otro año, un par de libritas y centímetros extra. Mea culpa...pero bien rico que estaba chis.
Gracias por los 26 mensajes entre Facebook y Twitter (jeje, y eran las mismas gentes entre una red y otra) que leí así entre desvelo y desvelo.
Antes de esa semana estaba yo pesimista pensando que para qué cumple uno años, total no hay nada especial en ello. Pero si es ocasión para estar con la familia y amigos, bien vale la pena cumplir cada vez...pero de a uno.
Saludos a usted que me “debe” el regalo. No se aflija, fácil, un labial Estee Lauder pink rose. Es uno al año. Acabo de botar vacío el cafecito que compré el año anterior.
Gracias, parciales y totales, a todos los que en vivo o en virtual, celebraron conmigo.
Luego a una maratónica tomada de decisión del peque, sobre qué juguete elegir porque uno que le regalaron no le funcionó y hubo que hacer un cambio. Interesante que en ese almacén en el que todos compramos y nos dan la caja con chonga y tarjeta preimpresas, hayan tantas devoluciones que finalmente se les ocurrió poner una mesita especial para el trámite, en lugar de la larga fila de atención al cliente. Ahí si que no se complican, pisto es pisto, si no le gustó la plancha, tome le devuelvo una tarjetita y llévese lo que le guste.
Una cena con los compadres del Bautizo 1, donde me dieron otro postrecito al que no se me ocurrió tomarle foto, quizá por el pánico de que era sorbete y tenía una vela enencida encima ja ja ja ja.
Suficientes calorías para no comer en el resto de la semana. Pero no, necia yo, seguí. El dia posterior, además de dedicarle mi vida al VMT, almorcé con dos bellas damas.
Y el viernes, el pastelito de abajo, con la comadre del Bautizo 2, allá en mi bella Santa Ana. Porque no es posible que yo no cumpla años en Santa Ana, como me obligaron este año a celebrar “el propio día” en San Salvador.
Una “semana de cumpleaños de Claudia” que me dejó además de otro año, un par de libritas y centímetros extra. Mea culpa...pero bien rico que estaba chis.
Gracias por los 26 mensajes entre Facebook y Twitter (jeje, y eran las mismas gentes entre una red y otra) que leí así entre desvelo y desvelo.
Antes de esa semana estaba yo pesimista pensando que para qué cumple uno años, total no hay nada especial en ello. Pero si es ocasión para estar con la familia y amigos, bien vale la pena cumplir cada vez...pero de a uno.
Saludos a usted que me “debe” el regalo. No se aflija, fácil, un labial Estee Lauder pink rose. Es uno al año. Acabo de botar vacío el cafecito que compré el año anterior.
Gracias, parciales y totales, a todos los que en vivo o en virtual, celebraron conmigo.
2 comentarios:
Nel, cero culpas, disfrutá; esos pasteles se ven arrechos. Feliz cumpleaños, Clau!
Ligia: gracias! de lo único que me quedé con las ganas fue de partir uno con los amigos twitteros/blogueros. Ojalá este 2012 se pueda, pospondré el fin del mundo para que lleguemos al 28-dic.
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