Qué difícil eso de encontrar casa.
Difícil cuando uno no tiene unos $200,000 disponibles. En ese caso, sería cuestión de decidir ésta quiero y ya.
Ya una vez me quejé aquí, al principio de este blog, lo inconcebible que me parecía que en nuestro país hubiera tanta gente que pudiera pagar casas arriba de esa cantidad. Me da urticaria ver los anuncios del diario o de las webs inmobiliarias, con anuncios de casitas de $450,000, apartamentos de $250,000 y cosas por el estilo. Pero en fin, dicen por ahí que no hay que envidiar la bonanza del prójimo.
Empezamos el camino yendo a ver la casa de un familiar, quien por cierto dicen que se molestó con nosotros porque no la quisimos. Por si alguien de la familia lo lee, aclaro, fui yo quien no la quiso, mi medio limón es inocente. La casa no era fea, las habitaciones eran amplias. Eso tenía a su favor. En su contra tenía la casi ausencia de patio (algo fundamental en mi búsqueda), el hecho de estar rodeada de muros de retención por el terreno en pendiente en el que se encontraba, colindar la residencial con una quebrada y ser la última en una calle luego de la cual seguía literalmente el “montarral” (entiéndase miles de m2 baldíos), con lo que se veía comprometida mi seguridad. Si, porque no sé si a un hombre, pero a mí, que ya me ha tocado salir de trabajar a las 3 de la madrugada e irme sola en mi carro a mi casa, no se me antoja llegar a un lugar así, donde por mucho que haya vigilante, con seguridad vigilará del portón para adentro. Eso y la inconveniencia menor de que por la pendiente de la calle y del diseño de la cochera (que no era cerrada ni techada) me iba a tocar rasparle la parte de abajo al carro, pues de hecho topó al entrar y al salir. Ah, si, no veía al peque jugando pelota en esa calle, porque irremediablemente con sólo soltarla iría a parar al muro que limita con la quebrada, así de extrema es la pendiente. Digo yo, pasé 7 años de mi vida trabajando en estudios y obras relacionadas con el tema de la vulnerabilidad. No me voy a ir a vivir a una zona con tan alta probabilidad de deslizamientos.
Quitando todo lo anterior, todavía quedaba la situación de que el valor era mayor que el máximo que nos prestan. Fin de la discusión.
La segunda que vimos no estaba en zona de riesgo. El costo que aparecía en el anuncio era mucho mayor de lo que presupuestamos, pero como decía negociable la fuimos a ver. Resultó que el valúo que le habían hecho del banco al propietario eran $28,000 menos que lo que estaba pidiendo. Aun así, después de verla, yo hubiera dado por ella incluso unos $20,000 menos que el valúo.
Son de esas casas que uno dice: yo la demolería y la volviera a hacer. La ampliaron a la loca al punto de arruinarla, mejor hubieran dejado la casa original y el patio grande. Tenía una escalera metálica que no daba a ningún lado, porque el techo no era losa, entonces uno no se puede parar en la lámina. La cochera era para 1 vehículo y aunque tenía espacio al frente, ingresar un 2do vehículo era toda una proeza al volante, porque había un poste justo en la entrada.
3 habitaciones no tan grandes, un sanitario que estaba de cambiarlo todo. Closets de madera viejos, del estilo que no me gustan porque me recuerdan solitarias épocas de pupilaje en casas alquiladas en Jardines de Guadalupe. La casa tenía mínimo 50 años, con lo cual la parte hidráulica y eléctrica seguramente estaban comprometidas. La ampliación de la cocina tenía azulejos y artefactos que me recordaron al hospital San Juan de Dios, tan antiguo como Santa Ana misma. Descatada.
La tercera estaba en un residencial privado, de esos con portón. Hasta ahi iba todo bien, a él le gustó esa parte, pero llegar a la casa fue como una carrera de obstáculos. No sé si serían las medidas standar del reglamento de OPAMSS, pero desde la calle me sentía en territorio de los 7 enanitos. Todo era compacto al extremo.
La casa estaba siendo ocupada como bodega, por lo que no tenía muy buena vista, aunque eso ya me lo había advertido el dueño. El costo estaba ideal, dentro de lo que nos prestan. La promocionaban con piscina en el patio, la que a mi modo de ver realmente era una pilota a nivel del piso, que más que ventaja era gasto, porque indudablemente había que rellenarla. El patio no era muy grande, pero podría haber sido aceptable.
En toda la casa habían 2 baños, pero sólo 1 con ducha, el cual nos dijeron había que reparar porque creció una planta en el drenaje y se arruinó. El tamaño era tal que no sé cómo podía uno lavarse las manos sin caer sentado en el inodoro y rebotar con la puerta de la ducha.
Otra “ventaja” que dijeron era tener alfombrado el segundo nivel. Error, para vivir con niños, las alfombras son trágicas, por el polvo y los ácaros que generan, Aparte que estaba en mal estado y era obvia la necesidad de quitarla, con el consecuente deterioro del piso. Una de las habitaciones más bien parecía un closet, no veia cómo entraría una cama y un mueble en ella.
Conclusión: para que fuera habitable en condiciones que nos sirva más que lo que tenemos actualmente, había que invertirle mínimo unos $10,000, lo cual hacía que la ventaja de precio desapareciera. Tampoco veía como el peque iba a poder jugar ahi, con la calle llena de carros estacionados, porque todas tenían cochera sólo para 1 y evidentemente la mayoría tenía 2 carros. Descartada.
La cuarta estaba en una zona consolidada de la ciudad, mínimo con 50 o 60 años de antigüedad, en calle libre, sin portón, perpendicular a una calle en la que es conocido que se roban los carros. :S
Me dio curiosidad el precio y la fui a ver. No lo puedo negar, estaba bien diseñada, todos los espacios tenían iluminación y ventilación natural suficiente; las habitaciones estaban organizadas alrededor de un vestíbulo que bien pudiera ser área de estudio y tenía todos los espacios requeridos, incluyendo un patio razonable y un espacio al frente donde el peque dijo: “pues ya remodelada, esta sería perfecta para jugar”.
Lo malo fue al entrar: caminando sentí un desnivel en el piso, como un abombamiento. Luego lo miré con detalle y tenía grietas en las sisas. Le eché un ojo a las paredes y todas tenían al menos una grieta. Lo primero que se me vino a la mente fue un problema de suelos, ya fuera un orgánico que desapareció y dejó huecos o un arcilloso que no fue sustituido y la contracción por temperatura provocaba las grietas. Luego confirmé con un estructurista de gran experiencia y me dio el mismo diagnóstico, agregando que la reparación de algo así es posible, pero caro y complicado, pues habia que reemplazar el suelo malo y casi que hacer otras fundaciones bajo las existentes.
En cuanto a los acabados, era obvia la necesidad de cambiar ventanas, pisos, cielo falso, puertas, closets, losa sanitaria, pintar...y siendo sinceros también el techo quería una manita.
Las instalaciones desastrosas, cables saliendo de los tomas, fugas en la ducha.
En resumen: si pudiera demolerla y hacerla nueva, sería perfecta...Descartada.
Tenemos otra opción, unas que harán nuevas, en una zona de riesgo digamos moderado (porque en esta ciudad no creo que haya un m2 libre de cualquier riesgo), el precio anda bien, un poquitín arriba de lo que nos prestan.
Ventajas: complejo cerrado, sólo son 11 casas. Tendrá zona verde. Sí, ahi sí veo al peque jugando pelota o en bicicleta con los vecinos. El patio no estan ingrato, tiene 6 m de fondo por los 5.85 de frente de la casa. Las habitaciones andan bien, como 2.50 x 4.00. Cabe mi cama.
Desventajas: arriba sólo hay un baño, quedamos en la misma de hacer cola a la hora de salir volando al trabajo/colegio/guardería. No tiene área para lavadora, eso hay que hacerlo adicional. No tiene cuarto de servicio, por lo que el chuncherío ese que uno acumula y a saber para qué lo tiene no tendría ubicación espacial.
Miedo existencial: a unos 50 m (dice el constructor, yo las veo más cerca) hay dos desgraciadas antenas de celular. Sí, yo sé, la legislación aquí no dice nada al respecto, no hay estudios que lo comprueben, pero tampoco han descartado el posible daño por radiación.
Situación temporal: la nena nace en marzo y las entregan a finales de abril.
Complicado.
Por el momento me debato entre reservar una de esas e iniciar las dichosas gestiones del crédito, o seguir buscando una usada hasta...ese es el meollo, hasta cuándo? Encontraré lo que necesito/quiero/puedo? Existirá la casa para nosotros?
Es en estos casos en que quisiera una bola de cristal que me ayude a tomar las decisiones adecuadas.
¿Casualmente usted no es agente de bienes raices y me puede ofrecer algo ideal?