Solo esta mañana
leí la noticia de 4 accidentes de tránsito en diferentes puntos del
país, uno de ellos con dos víctimas fatales.
Cada día se cuentan
varios, al menos de los que nos informan las redes sociales y los
medios.
¿Quién tiene la
culpa de tanto accidente?
Antes, cuando la
vida era más tranquila y no había tanta tecnología, me atrevería
a decir que la principal causa de accidentes de tránsito eran los
conductores ebrios.
Hoy, con miles de
automotores circulando diariamente solo en la capital, con docenas de
elementos distractores, con la vida acelerada y esa eterna prisa por
llegar a saber a dónde, con la prepotencia y mal genio con el que
parece levantarse buena parte de la población, ya no se sabe.
A veces se resume en
una palabra: conductores temerarios.
Antes ser temerario
abarcaba ir a excesiva velocidad, ahora creo que la definición se
extiende a los que van con el teléfono en una mano y un cigarro en
la otra (ajá, con ninguna en el volante), al que lleva el teléfono
en el asiento del pasajero y va pendiente de cuanto mensaje cae, al
que no le alcanza la vida para esperar que el semáforo cambie de
rojo a verde en SU carril y se pasa cuando el perpendicular tiene
rojo...y el suyo también, a los que creen que por ir en súper
camionetas se pueden pasar llevando a los pequeños, a los que creen
que caben entre dos carros paralelos en una vía de dos carriles, a
los que usan el hombro de la calle y hasta las aceras para saltarse
la cola, a los que aceleran a fondo de esquina a esquina solo para
quedar detenidos en el siguiente semáforo, y así.
Y los peatones no se
quedan atrás. Docenas de atropellados cerca o incluso bajo las
pasarelas, gente que se atraviesa la calle mirando para abajo, al
celular, sin ver a los lados como debería ser. Aniceto Porsisoca,
después que lo atropellaron, decía que hasta para arriba hay que
ver, no vaya a ser que venga un helicóptero bajito.
El accidente de hoy
ocurrió en carretera, en una carretera de un carril por sentido,
justo enfrente de una señal de no adelantar. ¿Mi teoría? El bus no
se quiso aguantar en la fila, se tiró en sentido contrario e impactó
de frente al camión, matando al instante a sus dos ocupantes. ¿No
es suficiente sobrevivir a la delincuencia para que un irresponsable
acabe con tu vida en un instante?
Yo estoy decidida a
hacer campaña para recordarle a la gente que manejar no es un
derecho, es un privilegio que hay que saber usar, no es algo
desechable lo que está en juego, son vidas humanas las que corren
peligro con cada ebrio, cada ajolotado, cada distraído que anda por
la calle frente a un volante.
Súmese y ponga su
gotita de sol para secar este mar de irresponsabilidad.