Esta frase me la encontré citada en el blog de Catalina Ruiz Navarro y estaba inmersa en el contexto de Hillary Clinton & Donald Trump.
Me la voy a retomar porque me aplica perfectamente en la actualidad. Estoy coordinando un proyecto en el que, de pronto, miré a mi alrededor y me di cuenta de algo: soy la única mujer. Hay involucrados aproximadamente 35 profesionales, to-dos-hom-bres. Y sí, cuesta. Un respetable profesional de larga trayectoria y bien vividos 76 años me acusó de ser muy "femenina" para llevar el Proyecto por el hecho de que me molesté porque uno de los involucrados me saltaba en los correos que llevaban información, que a fin de cuentas yo tenía que procesar. Es decir, se la enviaba a otro del grupo, hombre, claro, y yo me venía a enterar cuando este último respondía y me ponía copia. Entonces se me acusó de que por ser mujer me molestaba que me ocultaran información ¿?. Lo bueno es que con la confianza y apertura ganada por los años de trabajar con él pues le pude decir con mucha serenidad que era él un machista y que agradeciera que tenía a una mujer a cargo, porque las mujeres resolvemos, no andamos buscando culpables.
La prueba más verídica de lo que le dije fue días después, cuando había algo urgente que entregar y, en un recinto laboral donde la mayoría son hombres, resultó que las únicas que nos habíamos quedado trabajando sin que nadie nos lo pidiera, nomás por terminar el trabajo a tiempo, éramos las 3 mujeres.
Esta cosa en la que estoy es altamente estresante, pero lo es más porque la contraparte, es decir, el representante del Propietario, no tiene el mismo pensamiento estructurado que tengo yo, entonces me transmite su estrés, su ajolote, su desorden...al grado que un dia quería que estuviera al teléfono dictándole cómo corregir un documento, como si yo fuese su secretaria!!!.
Si vos estás leyendo, que ya has sido mi contraparte en este tipo de trabajos, sabrás que te extraño. Es mucho menos complicado llevar un proyecto grande entre dos personas ordenadas, que escriben, que se programan, que no les gusta reunirse sin un objetivo claro, en resumen, que no tienen tiempo para perder. Y eso no tiene que ver con ser hombre o ser mujer. Pero, algo me dice que al señor contraparte, en su sitio de trabajo, capaz y le pagan el doble que a mí y yo le estoy haciendo parte del trabajo, o al menos le estoy ordenando el camino...de gratis.
Mñe.
Feliz regreso de vacaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario