José Javier Erro, Doctor en Sociología, Comunicador y docente de la Universidad de Navarra, España, visitó la UCA el 19 y 20 de marzo para dar dos cátedras a los alumnos de maestría, licenciatura y técnico en el área de comunicación social.
Mi periodista interior y yo fuimos a las dos charlas. Pura gana de aprender.
De la misma forma en que vas al cine a ver una película porque te interesó el trailer, o que comprás boletos para un concierto porque conocés al artista y te gusta su música, cuando vas a una ponencia lo mínimo que podes hacer es investigar algo sobre el ponente: quién es, qué hace, qué ha hecho, en qué te va a aportar su conocimiento, si va en tu línea de pensamiento o van a disentir.
Su nombre en internet te dice que ha escrito artículos en revistas (Redefinir la ciudadanía desde los medios: denuncias y propuestas desde los temas sociales ), que ha colaborado en obras colectivas (El papel de los Foros de Comunicación, Educación y Ciudadanía en el debate sobre la Comunicación para el Cambio Social , Mediación tecnopolítica en el papel de los medios en una segunda transición democrática española, Reinventar la educación para el desarrollo desde la cultura audiovisual entre otras) y que claro, tiene una tesis doctoral ("La comunicación para el desarrollo de ""problema"" a ""conflicto"". Diseño de un modelo de comunicación y educación para las organizaciones no gubernamentales de desarrollo (ONGD)"
Mencionar su nombre entre periodistas me devolvió un resultado: denso. Con ese marco de referencia, claro, había que escuchar las dos ponencias. Un lujo que no se da todos los días.
Haber estado en las dos me deja una visión de cómo podes presentar un mismo concepto de manera diferente dependiendo a la audiencia y que hasta seleccionar el local cuenta para el éxito.
La primera, dirigida a los estudiantes de la maestría, con el tema “Comunicación política y ciudadanía digital”, fue más un conversatorio, en el que Javier expuso algunas ideas con el fin de propiciar la interacción con los presentes. Por el nivel de maestría se asume que son personas que ya ejercen la carrera, conocen la teoría y podían participar desde sus vivencias profesionales. Como una situación atípica en este país, en la que la impuntualidad pareciera ser la regla y no la excepción, inició a las 6:33 y aun tuvieron el detalle de pedir disculpas por los 3 minutos. Se desarrolló en un aula, para unas 60 personas, en la que quedaron pocos lugares vacíos. La sensación de calidez no habría sido la misma con esas 60 personas en un auditorio para 500.
La ponencia se enfocó en la manera en que se hace actualmente la comunicación política, lo cual no es lo mismo que campaña política, ni propaganda electoral. Presentó su experiencia particular en el proceso de PODEMOS en España y las variantes de procesos electorales recientes, como el de Trump en USA. Sin embargo, el tema central de Javier no fue tanto cómo los políticos hacen su comunicación, sino que giró en torno a dos conceptos que presenta como fundamentales: el espacio público y los vínculos sociales. Eso que se ha perdido, lo que hemos roto con la saturación de datos, información y falsedades vertidas en las redes sociales a cada segundo. El cansancio de estar desmintiendo lo que no es verdadero y que fue creado con el fin de generar caos social, de beneficiar a un sector o personaje que busca el poder. Esa falta de conexión entre los diversos actores: ya no nos comunicamos, estamos en guerra permanente, atacar y defenderse.
En ese contexto, la misión del comunicador social apunta a contribuir a que la verdad salga a flote, a mantenerla ahí firme para que el ciudadano común, ese que se informa a través de los medios y las redes, tenga información útil para la toma de decisiones. Luchar contra las fake news no es fácil, pues detrás hay todo un engranaje, planificado cuidadosamente para conseguir llevar a las masas por el camino que le conviene al interesado en difundirlas.
Planteó también el cambio de visión que enfrentan los comunicadores que se formaron en la era no digital: acostumbrados a trabajar desde la escasez, ahora deben manejar la abundancia de datos e información y aprender a seleccionar qué es útil para brindarle a la sociedad y generar opinión.
La segunda cátedra, dirigida a estudiantes, tuvo más carácter didáctico, utilizó más sus apuntes escritos, las diapositivas fueron más explicativas y ejemplificó con videos y referencias sencillas, que no requerían conocimiento especializado por parte de la audiencia.
El tema de esta ponencia fue “La Comunicación para la solidaridad: un modelo en transición”. Nuevamente abordó los conceptos de espacio público y vínculo social, esta vez explicándolos para luego ejemplificarlos.
Es interesante cómo un concepto puede tener diferentes significados dependiendo de la disciplina que lo aborde.
En el ámbito de la arquitectura, el espacio público es físico, son las plazas, los parques, la calle; todos esos lugares en los que las personas interactúan, de los que la teoría del urbanismo dice que deben apropiarse.
Visto desde la comunicación social, el espacio público es intangible, es un concepto, aunque siempre un lugar de discusión, en el que se aprende a formar criterio, en el que se aprende a disentir sin agraviar, un espacio para convivir y también decidir. Es, a fin de cuentas también, un espacio del que la sociedad debe apropiarse.