Ayer en las primeras fotos que ví del accidente en la carretera a Santa Ana, logré identificar el nombre del bus ruta 202: era de la empresa CAROL.
En aquellos tiempos, en que iba y venía a diario de Santa Ana a San Salvador, llegué a conocer casi todas las rutas interdepartamentales, sus nombres, sus horarios, incluso hasta algunos motoristas y cobradores.
En ese entonces, las “Carol” tenían buena fama. Eran de hecho de los buses más nuevos y mejor cuidados de las 202, creo que también habían unas 204 en la empresa.
Al menos eso sucedía con la flota que pasaba entre 4 y 5 de la tarde, de San Salvador a Ahuachapán y temprano en la mañana en el recorrido inverso. Tenían el horario seguido, es decir, después de una venía la otra, creo que la primera pasaba por la Ceiba de Guadalupe rumbo a Ahuachapán tipo 4 de la tarde y la última como a las 5. Esa era la señal de que era tarde, alcanzar a ver la última Carol pasar.
Tenían una clientela fija, generalmente señoras de oficina, que hasta reservados llevaban los primeros asientos y el típico asiendo a la par del motorista, en un colchón sobre el motor de la unidad, porque todas eran del tipo “chatas” (entiéndase con el motor adentro y no como “nariz” del bus).
No eran en ese tiempo las más rápidas. Habían otras con esa fama. Yo recuerdo que la fama de las Carol y otras de las “de Ahuachapán” era que no paraban en el camino, iban directo hasta el Congo, primera parada desde Santa Tecla. Y por ende, llegaban antes que las 201 normales que iban parar y parar en cada esquina.
Claro, como todas las rutas, tenían sus unidades viejas, feas y lentas, las cuales destinaban a los horarios más tranquilos, tipo media mañana o media tarde.
Sólo puedo decir que la de la foto no es de la flota “buena” que transitaba en los 90's (no, ni se le ocurra sacarme cuentas de la edad =oI ) Más bien parece de esas de 2a que se dejaban para horas “malas”. Lo malo es que esta venía en horario estelar.
Una cosa sí es cierta: jamás, los autobuses del servicio interdepartamental han corrido a la velocidad reglamentaria en esa carretera. Siempre vienen a más de 100 km/h en algunos tramos, me atrevería a decir que hasta 120 ó 140 llegan. Es imposible tirarse los 64 km que separan Sta Ana de San Salvador en 50 minutos a 90 km/h, tomando en cuenta que también se detienen para ciertas paradas y que hay tramos en los que, ahora que conduzco puedo dar fe, es imposible no bajar la velocidad.
Entonces, por más despierto y sin distracciones que venga el señor motorista, y por más experiencia que tenga como conductor, es imposible quitarse un golpe así con la unidad a full de pasajeros y con exceso de velocidad. Es decir, cada dia, en cada recorrido, el señor conductor tiene en sus manos un arma homicida, que sólo su pie en el acelerador y su entendimiento convertirán en tragedia...tarde o temprano.
En ese mismo sitio, una amiga chocó por venir hablando por celular. Había un choque adelante y ella por venir distraída no se percató a tiempo y se fue a dar en los carros ya chocados. Desde entonces usa el manos libres o no contesta en carretera...pero tuvo que accidentarse para tomar conciencia.
Unos km atrás del sitio del accidente había – porque creo que ya se borró – una cruz azul pintada en el asfalto. Era parte de una campaña que me hacía casi llorar cada vez que le pasaba encima, pues era el recordatorio de los sitios donde habían sido atropellados niños en carretera.
Algo tiene ese pedazo de carretera, que la gente van tan rápido. Y es para mí inexplicable la gana de “correr” ahi, si justo unos km adelante están las fábricas, donde literalmente hay que detenerse porque la gente se cruza en masa (habiendo pasarela justo arriba) y además hay una de las cosas más raras que he visto en este país: túmulos en carretera, sin una triste señal de advertencia y que ya perdieron hasta el color amarillo señalizador.
En resumen, pobre gente de verdad, la que tuvo la mala suerte de venir en ese bus. Más los que venían parados. Si de un frenazo uno sale medio disparado hacia adelante – ahi es donde me caes mal, dichosa inercia – me imagino la fuerza conque se lanzará en un choque de esa magnitud.
¿Quién tiene la culpa del exceso de velocidad? Realmente no sé. Puede ser la prepotencia del hombre “macho” que quiere sobresalir (viera cómo tratan en el gremio a los conductores ya señores que van a velocidad normal), pueda ser la irracional asignación de tiempos entre un destino y otro sumada a la meta de llevar “x” número de pasajeros y por ende de $$ al final del trayecto, quizá sea la falta de respeto a la autoridad y a las leyes (ya saben que no les ponen multa y si se las ponen no las pagan), quizá sea la competencia entre diferentes empresas por ganar los pasajeros, quizá sea el usuario (que premia con su preferencia al bus más rápido).
Sea cual sea la causa, este no es un mal exclusivo del transpote colectivo. En mis viajes en carretera he visto autos particulares ir incluso más rápido que los buses – sí, es con usted, que crea y sostiene el mito que a Sta Ana se llega en 45 min – carros grandes que creen que con subir las luces les van a dar paso libre tipo ambulancias, sobrepasan por la izquierda y van por toda la carretera como si se tratara de las 400 de Daytona.
No sólo el busero causa accidentes. Lo trágico es que el busero no se va sólo, se lleva 14 más.