martes, 11 de septiembre de 2012

Digitalmente incorrecto

Antes, cuando yo iba a la escuela y cursaba los primeros años de primaria, la vida era más fácil...o quiza no. Siendo niño, uno tiende a pelearse con la gente por la más mísera tontera, cosas que no valen la pena, un juego, un juguete, una mala mirada, celos, whatever.

La mayor complicación de la vida era dejar de hablarle a alguien. La mayor muestra de desprecio entre niñas era: “no le hablo a fulanita” y eso la excluía de forma inmediata de los juegos comunes. Salía perdiendo la menos popular, obviamente. Para entrar a jugar en un grupo ya iniciado era típico preguntar (aunque yo nunca pregunté, loconfieso) “¿Quién manda el juego?” y ya, quien lo había iniciado tenía la potestad de decidir si X o Y podían jugar o no. Así comenzaba la vida de los #ForeverAlone aunque el hashtag estaba muy muy lejos de ser creado.

Lo más trágico era tener que verte cara a cara con esa persona que no te dirigía la palabra. Sí, tiempos en los que la gente hacía eso, no importaba la edad, dar la cara. No había monitor donde esconderse.

Yo tuve una amiga, Roxana se llama, con la que no recuerdo por qué dejamos de hablarnos en segundo grado. Yo tenía 7 años, creo que ella 9. Era tan incómodo, en cada recreo, en cada actividad, esquivarla porque “no me hablaba”. En quinto grado cambié de turno, ella se quedó en la tarde y mis papás me movieron a la mañana. Dejé de verla, excepto en las actividades colectivas de la Escuela, que se hacían con ambos turnos a la vez. La situación de “no hablarnos” duró hasta el octavo grado, cuando yo tenía 13 años y de pronto me puse a pensar, que no tenía idea por qué esa niña y yo estábamos enemistadas. Realmente no recordaba, era ya una costumbre. Así que un buen dia de esas actividades comunes me le puse enfrente y le dije, que yo no tenía ningún problema con ella, que realmente siempre me había caído bien y que no tenía la menor idea por qué estábamos en esa situación tan incómoda. Sí, desde entonces era yo así. Lo gracioso es que ella pensaba que la enojada era yo. Tampoco tenía una razón. Es decir, nos estábamos perdiendo de ser amigas, por gusto. Desde entonces volvimos a hablarnos, era mucho más bonito verla en la calle y sonreírle que mirar al costado para no enfrentarla.
Me acordé de esta situación porque en la actualidad, la vida es más complicada. La gente ya no habla en persona de lo que siente o piensa, todo es on line, todo digital, y cuando se quiere sacar unidireccionalmente a alguien de la vida, zaz! empieza a “recortarla” del mundo virtual sin la menor explicación.
La gente da “unfollow” en twitter, borra cuentas de FB, bloquea chats, o lo que es peor y realmente odio, se pone como invisible para ver a la otra persona sin que ésta lo vea ni pueda contactarla. Ya nadie da la cara. Se cortan relaciones por mensajes de texto. Antes al menos la gente hablaba por teléfono si la distancia le impedía verse en persona para terminar. Pero no. Ahora es más fácil simplemente desaparecer del mundo digital, hacer como que jamás existió y dejar a la otra parte preguntándose WTF?

Antes, si uno recibía una carta, así escrita a mano, bonita, al menos tenía la facultad de conservarla o hacerla mil pedacitos si le daba la gana (off topic, la Sagrada Familia acabó en mil pedazos, pero aun guardo en algún lugar el dibujo de un supesto chile verde). Ahora no, una de las partes decide eliminar de un click un mundo compartido digitalmente, sin dejar huella, sin avisar, sin preguntar al o los otros si deseaban conservar algo antes que lo mandara al carajo.

Feo el modo digital realmente. Un total irrespeto por las buenas costumbres.
Pero, oh, sorpresa! Sí, si ud no lo ha considerado, en las relaciones de verdad, esas con gente de carne y hueso, no hay monitor ni teclado, ni chibolita gris donde esconderse.

3 comentarios:

Silvia Jeannette dijo...

Muy cierto, mi matrimonio se término vía mail. Recibí un largo y elaborado recital. Así es la vida, es bueno reflexionar con tus líneas. Enormes saludos.

KR dijo...

>_<

Clau dijo...

Silvia: me he tardado en responder porque realmente no sabía qué decir ante semejante hecho. Parte de eso fue irme a su blog a buscar el post de la boda, yo sabía que lo había leído y ahí estaba. No encontré historia del final, supongo que no quiso publicarlo. Recuerdo que él también comentaba aquí, lo malo es que ya no recuerdo quién era, a veces mi memoria tiene huecos.
Es difícil por esa vía, especialmente porque no permite el derecho a respuesta, deja círculos sin cerrar y mucha incertidumbre.
Que lo siento.
Pero entre todo, felicidades por estar litigando ya, que siga cosechando éxitos profesionales.

KR puesí, cabal, eso.