Esta semana me llegó
la publicación de El Faro, de un Estudio denominado “Un retrato dedesigualdad”.
En dicho estudio y
con la colaboración de estudiantes de universidades privadas (grupo
A) y jóvenes NINI -ni estudian ni trabajan- (grupo B), intentaron
comparar los puntos de encuentro de ambos grupos y los sitios
frecuentados para ocio y diversión.
Como estudio está
bonito, y tira algunas líneas para continuar analizando, pero como
siempre que se habla de clases sociales en este país, la visión es
parcializada.
Haciendo historia,
recuerdo que en mis clases de estudios sociales de primaria me
hablaron de clases sociales, que había clase baja, media y alta.
Pero la media estaba subdividida, en media-baja, media-media y
media-alta. No sé en qué punto del análisis social se perdió esa
clasificación, pero en la vida real existe y es más marcada que
antes.
También
recuerdo una vez, cuando Ricardo Rivas en su calidad de Director de
Radio 102nueve y también del programa Bola al Centro, mencionaba que
ellos – él – como “clase media” estaban en una situación
difícil, que la economía los afectaba y otras opiniones relativas.
En ese momento me quedó claro que, o él tenía equivocado el
concepto de clase media, o yo lo tenía mal. Él y yo no podíamos
pertenecer al mismo segmento. Él es – o era en ese entonces –
propietario de medios de producción (así como me lo enseñaron en
Estudios Sociales tercer grado). Yo, empleada, asalariada. De ninguna
manera podíamos estar en la misma “clase media”.
En mi concepto, que
no digo que sea el bueno ni el malo, nada más el que mi educación
me construyó, la gente de sus posibilidades económicas no es clase
media, es clase alta. Tienen los recursos para comprarse casas de
mínimo $250,000, carros de agencia, hijos en colegios bilingües,
comidas en restaurantes a los que yo ni siquiera entro.
Quizá en su
concepto, la clase alta estaba un par de escalones arriba, de los que
tenían casas de medio millón para allá, BMW e hijos en
universidades de USA o Europa. A saber.
Pero, entonces,
¿dónde estaba yo? ¿cuál era el lugar “en el sistema de clases”
para la gente como yo? Y como yo me refiero a ese enorme segmento de
la población a la que no le regalan nada porque no vive en
comunidades, ni en lo rural, ni en mesones, pero que pasa tan al dia
a dia con los ingresos que no puede acumular capital y literalmente,
si no trabaja un dia, no come el siguiente. ¿dónde?
Por eso me hacía
más sentido lo de las subdivisiones, porque en esa visión, pues el
Sr Director de radio y sus afines eran media-alta y yo y mis
compañeros de trabajo media-baja.
Cuando ganó Funes y
el primer gobierno del FMLN todos dijeron que “la clase media”
los había llevado al poder. Me pregunto cuál concepto de clase
media usaban. Primero porque dudo mucho que propietarios de medios de
producción hayan votado por un cambio y luego porque los que más
parecíamos apoyar a Mauricio era gente como yo, nacidos y crecidos
en la guerra, con la enorme curiosidad de qué pasaría si le dábamos
vuelta a la tortilla después de 20 años de acomodo, con la ilusión
de que algo mejorara para nosotros, “los del sándwich”, esos
eternos a los que no nos regalan nada y tampoco tenemos nada “ya de
entrada” en la vida...pero no, la verdad, 6 años después, nada ha
cambiado, seguimos igual de endeudados que antes. O trabajás como
loco, o te hundís.
Pero vaya, volviendo
al estudio de El Faro, me da risa como usan el término “estudiantes
de universidades privadas” para definir al grupo A, al que no lo
dicen claramente, pero identifican con el lado de los pudientes. Como
si estudiar en una universidad privada fuera sinónimo de bonanza
económica.
¿Sabrán que hay gente con posibilidad de pagar una
universidad privada que prefiere estudiar en la UES? ¿Habrán
considerado que muchos de los que estudian en universidades privadas
lo hacen a costa del endeudamiento de los padres o de ellos mismos?
Me da risa porque la joven que me ayuda en casa estudia en una
universidad privada y dista mucho de pertenecer al grupo A. Yo misma
estudié en una universidad privada – aunque el resto de mi
educación fue en el sistema público – y como dije al principio,
no pertenezco al grupo A. Ahí se les fue la muestra, o no explican
bien el estudio, o lo que sea que no les hayan asesorado en términos
de presentación.
Al grupo B lo
agarraron de un programa, pero no me parece representativo, porque
comparar estudiantes con gente que no hace nada, al menos para mí,
es como peras con elotes, pero bueno, ellos sabrán.
El punto medular es
que sí, el grupo B es lo que todos pensaríamos como clase baja...o
talvez no. Porque también ahí hay divisiones, y baja-baja no son.
Luego está el
resultado de los lugares que frecuentan.
Muero del chiste
cuando presentan por ejemplo La Gran Vía, porque lo pintan como
carísimo y que por eso los del grupo B no van. Sí, yo voy a LGV y
no gasto ni cinco centavos. De hecho, la mayor parte de las veces que
he ido no he tenido literalmente ni cinco en la cartera. Vamos solo a
caminar y ya. Si queremos cenar nos vamos a otro lado, porque en
efecto, el Olive Garden, Bennigan's o Tucson no son para “nuestro
nivel”. Pero el que esté lleno de sitios caros no es privativo
para que los del grupo B vayan, sépanlo. Se puede ir sin ser del
grupo A.
Luego está lo de
Multiplaza, que dicen que nadie del grupo B fue nunca y que los del A
van a cada rato y en especial a Las Terrazas. No soy del grupo B,
pero en muy pocas ocasiones he ido a Multiplaza y solo 1 vez a las
Terrazas y fue porque tenía un vale de cortesía para una cena.
Y Metrocentro. Si
bien es cierto que Metro ya no es el de antes y que cada vez se
encuentra uno más personas “sospechosas” tampoco es que sea el
centro en vivo en el que no podés poner un pie. Yo iba mucho a
metro, casi a diario en algunas épocas, me quedaba al paso, podía
ir a leer...eso hasta antes de que empezaran a cobrar por el parqueo.
Desde entonces, habré ido unas 3 o 4 veces y por estricta necesidad.
Pero dicen que de los del A, nadie nunca fue a Metro.
Luego presentan
CIRCO, un lugar que se reserva el derecho de admisión y que,
confieso, ni sabía que existía.
Mencionaron Starbucks...pues no, no soy fan. Mi línea de vicio es The Coffeecup, que es caro, pero más barato en comparación con Starbucks...y más aterrizado, porque esa preguntadera para ponerte nombre en el vaso desechable iugh, paso.
Particular atención me llamó esto del Shopping Center, no sé si se les fue equivocado o realmente los niños del grupo A compran cosas falsas para aparentar. A saber.
Entonces, lo que
pongo en evidencia es que el estudio muestra la comparación entre
dos grupos de población, pero deja de lado al grupo de siempre, al
intermedio, a los que no somos ni de aquí ni de allá...será porque
a la mayoría de nuestros jóvenes no les queda tiempo de andar en
ocio y diversión, ya que los cuidamos para que no salgan solos (y no
tenemos motorista ni carro extra que los ande de arriba para abajo) o
si andan solos es porque también trabajan y puesí, que tiempo de
divertirse si estudiás y trabajás.
En mi conclusión, a
su estudio le falta muuuuuuuucho de información y análisis para que
pueda ser considerado reflejo de nuestra realidad. Por ahora lo que refleja son dos burbujitas, aisladas entre sí. Como siempre he sostenido, adentro de este país hay mínimo 4 o 5 "paisitos" encerrados en sus límites, topándose de vez en cuando.