martes, 16 de febrero de 2016

Mi opinión sobre el "Retrato de Desigualdad" elaborado por El Faro

Esta semana me llegó la publicación de El Faro, de un Estudio denominado “Un retrato dedesigualdad”.

En dicho estudio y con la colaboración de estudiantes de universidades privadas (grupo A) y jóvenes NINI -ni estudian ni trabajan- (grupo B), intentaron comparar los puntos de encuentro de ambos grupos y los sitios frecuentados para ocio y diversión.

Como estudio está bonito, y tira algunas líneas para continuar analizando, pero como siempre que se habla de clases sociales en este país, la visión es parcializada.

Haciendo historia, recuerdo que en mis clases de estudios sociales de primaria me hablaron de clases sociales, que había clase baja, media y alta. Pero la media estaba subdividida, en media-baja, media-media y media-alta. No sé en qué punto del análisis social se perdió esa clasificación, pero en la vida real existe y es más marcada que antes.

También recuerdo una vez, cuando Ricardo Rivas en su calidad de Director de Radio 102nueve y también del programa Bola al Centro, mencionaba que ellos – él – como “clase media” estaban en una situación difícil, que la economía los afectaba y otras opiniones relativas. En ese momento me quedó claro que, o él tenía equivocado el concepto de clase media, o yo lo tenía mal. Él y yo no podíamos pertenecer al mismo segmento. Él es – o era en ese entonces – propietario de medios de producción (así como me lo enseñaron en Estudios Sociales tercer grado). Yo, empleada, asalariada. De ninguna manera podíamos estar en la misma “clase media”.

En mi concepto, que no digo que sea el bueno ni el malo, nada más el que mi educación me construyó, la gente de sus posibilidades económicas no es clase media, es clase alta. Tienen los recursos para comprarse casas de mínimo $250,000, carros de agencia, hijos en colegios bilingües, comidas en restaurantes a los que yo ni siquiera entro.

Quizá en su concepto, la clase alta estaba un par de escalones arriba, de los que tenían casas de medio millón para allá, BMW e hijos en universidades de USA o Europa. A saber.

Pero, entonces, ¿dónde estaba yo? ¿cuál era el lugar “en el sistema de clases” para la gente como yo? Y como yo me refiero a ese enorme segmento de la población a la que no le regalan nada porque no vive en comunidades, ni en lo rural, ni en mesones, pero que pasa tan al dia a dia con los ingresos que no puede acumular capital y literalmente, si no trabaja un dia, no come el siguiente. ¿dónde?

Por eso me hacía más sentido lo de las subdivisiones, porque en esa visión, pues el Sr Director de radio y sus afines eran media-alta y yo y mis compañeros de trabajo media-baja.

Cuando ganó Funes y el primer gobierno del FMLN todos dijeron que “la clase media” los había llevado al poder. Me pregunto cuál concepto de clase media usaban. Primero porque dudo mucho que propietarios de medios de producción hayan votado por un cambio y luego porque los que más parecíamos apoyar a Mauricio era gente como yo, nacidos y crecidos en la guerra, con la enorme curiosidad de qué pasaría si le dábamos vuelta a la tortilla después de 20 años de acomodo, con la ilusión de que algo mejorara para nosotros, “los del sándwich”, esos eternos a los que no nos regalan nada y tampoco tenemos nada “ya de entrada” en la vida...pero no, la verdad, 6 años después, nada ha cambiado, seguimos igual de endeudados que antes. O trabajás como loco, o te hundís.

Pero vaya, volviendo al estudio de El Faro, me da risa como usan el término “estudiantes de universidades privadas” para definir al grupo A, al que no lo dicen claramente, pero identifican con el lado de los pudientes. Como si estudiar en una universidad privada fuera sinónimo de bonanza económica. 
¿Sabrán que hay gente con posibilidad de pagar una universidad privada que prefiere estudiar en la UES? ¿Habrán considerado que muchos de los que estudian en universidades privadas lo hacen a costa del endeudamiento de los padres o de ellos mismos? Me da risa porque la joven que me ayuda en casa estudia en una universidad privada y dista mucho de pertenecer al grupo A. Yo misma estudié en una universidad privada – aunque el resto de mi educación fue en el sistema público – y como dije al principio, no pertenezco al grupo A. Ahí se les fue la muestra, o no explican bien el estudio, o lo que sea que no les hayan asesorado en términos de presentación.

Al grupo B lo agarraron de un programa, pero no me parece representativo, porque comparar estudiantes con gente que no hace nada, al menos para mí, es como peras con elotes, pero bueno, ellos sabrán.

El punto medular es que sí, el grupo B es lo que todos pensaríamos como clase baja...o talvez no. Porque también ahí hay divisiones, y baja-baja no son.

Luego está el resultado de los lugares que frecuentan.

Muero del chiste cuando presentan por ejemplo La Gran Vía, porque lo pintan como carísimo y que por eso los del grupo B no van. Sí, yo voy a LGV y no gasto ni cinco centavos. De hecho, la mayor parte de las veces que he ido no he tenido literalmente ni cinco en la cartera. Vamos solo a caminar y ya. Si queremos cenar nos vamos a otro lado, porque en efecto, el Olive Garden, Bennigan's o Tucson no son para “nuestro nivel”. Pero el que esté lleno de sitios caros no es privativo para que los del grupo B vayan, sépanlo. Se puede ir sin ser del grupo A.


Luego está lo de Multiplaza, que dicen que nadie del grupo B fue nunca y que los del A van a cada rato y en especial a Las Terrazas. No soy del grupo B, pero en muy pocas ocasiones he ido a Multiplaza y solo 1 vez a las Terrazas y fue porque tenía un vale de cortesía para una cena.



Y Metrocentro. Si bien es cierto que Metro ya no es el de antes y que cada vez se encuentra uno más personas “sospechosas” tampoco es que sea el centro en vivo en el que no podés poner un pie. Yo iba mucho a metro, casi a diario en algunas épocas, me quedaba al paso, podía ir a leer...eso hasta antes de que empezaran a cobrar por el parqueo. Desde entonces, habré ido unas 3 o 4 veces y por estricta necesidad. Pero dicen que de los del A, nadie nunca fue a Metro.



Luego presentan CIRCO, un lugar que se reserva el derecho de admisión y que, confieso, ni sabía que existía.


Mencionaron Starbucks...pues no, no soy fan. Mi línea de vicio es The Coffeecup, que es caro, pero más barato en comparación con Starbucks...y más aterrizado, porque esa preguntadera para ponerte nombre en el vaso desechable iugh, paso.



Particular atención me llamó esto del Shopping Center, no sé si se les fue equivocado o realmente los niños del grupo A compran cosas falsas para aparentar. A saber.


Entonces, lo que pongo en evidencia es que el estudio muestra la comparación entre dos grupos de población, pero deja de lado al grupo de siempre, al intermedio, a los que no somos ni de aquí ni de allá...será porque a la mayoría de nuestros jóvenes no les queda tiempo de andar en ocio y diversión, ya que los cuidamos para que no salgan solos (y no tenemos motorista ni carro extra que los ande de arriba para abajo) o si andan solos es porque también trabajan y puesí, que tiempo de divertirse si estudiás y trabajás.


En mi conclusión, a su estudio le falta muuuuuuuucho de información y análisis para que pueda ser considerado reflejo de nuestra realidad. Por ahora lo que refleja son dos burbujitas, aisladas entre sí. Como siempre he sostenido, adentro de este país hay mínimo 4 o 5 "paisitos" encerrados en sus límites, topándose de vez en cuando.

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