martes, 21 de junio de 2016

En la salud y la enfermedad: crónicas de hospital

Uno a veces ve o escucha cosas a las que no sabe cómo reaccionar. No sé, quizá un corazón de madre siente cosas que los demás no.

En el hospital escuchamos los gritos de un niño que estaba interno. Eran unos gritos tremendos, traspasaban las puertas de su habitación y se escuchaban a través de los pasillos. Desgarrador. Gritaba: “mátenme, mátenme, déjenme morir”. También insultaba, con un lenguaje que jamás había escuchado en voz de un niño. Otra madre que estaba ahí comentaba que era extraño, que ni a las personas más vulgares que había conocido les había escuchado hablar así. Insultaba a la madre, a las enfermeras, al aire…

Las enfermeras y personal de servicio del hospital solo se miraban entre sí, callados, serios. Quizá ellos sí ya habían pasado más de un caso así. La madre se veía como resignada, una expresión vacía, como quien está en cuerpo, pero sus pensamientos circulan en otra dimensión. No sonreía, no lloraba, no se veía triste, no estaba molesta...un rostro inexplicable, pero comprensible. 
Todos los demás no podíamos saber si el niño era así normalmente, o lo que le estaba pasando lo hacía actuar así, no sabíamos qué enfermedad tenía, quizá en ese momento ni sus padres ni el personal del hospital lo sabían.

Un dia antes de los gritos lo habíamos visto en el área ambulatoria del hospital, con suero, cubierto con una frazada, asumo que con fiebre. Su rostro era pasivo, tranquilo, casi hasta sonreía. Parecía un niño normal, con las molestias de una fiebre, pero ni siquiera se quejaba, solo estaba ahí, acostado, mientras le pasaba el suero. Al dia siguiente era otro.

Unas horas después del segundo episodio de los gritos, lo vi pasar en una camilla, con los cinchos de seguridad, el rostro fijo, duro...y me partió el alma. ¿Qué tendría esa pobre criatura?

Más tarde volví, y cuando yo entraba al hospital, lo estaban bajando de la ambulancia, siempre sujeto. Su madre iba adelante, con unos estudios de imágenes en la mano (no sé, quizá un TAC, una resonancia, radiografías)...cuando pasó por la recepción quizá la persona que estaba ahí la conocía y le preguntó por el niño. “Tiene meningitis y encefalitis...pero aquí estamos” le dijo.

¿Qué significa como madre que te den una noticia así? Devastador, imagino.
Más tarde y lo último que vi de él era que lo tenían en una camilla, quizá haciéndole más exámenes de sangre, ya no gritaba, sollozaba tristemente. Su madre iba por el pasillo, con una frazada...cómo hace frío en los hospitales cuando uno es el de la camilla :(

Ahora lo entiendo todo:


La HSE debido al virus del herpes simple tipo 1 (que causa llagas o ampollas alrededor de la boca o los ojos) puede afectar a cualquier grupo etáreo pero se ve más frecuentemente en las personas menores de 20 o mayores de 40 años. Esta enfermedad de evolución rápida es la causa individual más importante de encefalitis esporádica mortal en los EE.UU. El virus se transmite por el contacto con una persona afectada. Los síntomas son dolor de cabeza y fiebre hasta por 5 días, seguidos de cambios en la  personalidad y la conducta, convulsiones, parálisis parcial, alucinaciones y niveles de conciencia alterados

Los pacientes con encefalitis a menudo muestran síntomas parecidos a la gripe. En los casos más graves, los pacientes pueden tener problemas con el habla y la audición, visión doble, alucinaciones, cambios en la personalidad, pérdida de la conciencia, pérdida de la sensación en algunas partes del cuerpo, debilidad muscular, parálisis parcial en los brazos y las piernas, demencia grave súbita, deterioro del juicio, convulsiones, y pérdida de la memoria.

Si ud no ha conocido de cerca a una persona cuyo cerebro se ha visto afectado por cualquier circunstancia, no alcanzará a comprender que es posible que ese ser humano que ud conoce se pueda convertir en alguien irreconocible, de la noche a la mañana, aparentemente sin explicación. La respuesta está en su cerebro. Las conexiones neuronales son lo que nos hace ser quienes somos. Con una que se pierda, algo cambia. En general es irreversible. Una neurona perdida no se recupera jamás.

Dicen que somos agua, pero también somos electricidad. 
Miles de conexiones complejas que determinan lo que somos. Mucho podremos decir metafóricamente que el corazón nos hace actual de tal o cual forma, pero la verdad científica es que es el cerebro el que nos dirige.


Espero que este pequeño pueda salir de esta y que el daño no haya sido terrible.

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