Uno a
veces ve o escucha cosas a las que no sabe cómo reaccionar. No sé,
quizá un corazón de madre siente cosas que los demás no.
En el
hospital escuchamos los gritos de un niño que estaba interno. Eran
unos gritos tremendos, traspasaban las puertas de su habitación y se
escuchaban a través de los pasillos. Desgarrador. Gritaba: “mátenme,
mátenme, déjenme morir”. También insultaba, con un lenguaje que
jamás había escuchado en voz de un niño. Otra madre que estaba ahí
comentaba que era extraño, que ni a las personas más vulgares que
había conocido les había escuchado hablar así. Insultaba a la
madre, a las enfermeras, al aire…
Las
enfermeras y personal de servicio del hospital solo se miraban entre
sí, callados, serios. Quizá ellos sí ya habían pasado más de un
caso así. La madre se veía como resignada, una expresión vacía,
como quien está en cuerpo, pero sus pensamientos circulan en otra
dimensión. No sonreía, no lloraba, no se veía triste, no estaba
molesta...un rostro inexplicable, pero comprensible.
Todos los demás
no podíamos saber si el niño era así normalmente, o lo que le
estaba pasando lo hacía actuar así, no sabíamos qué enfermedad
tenía, quizá en ese momento ni sus padres ni el personal del
hospital lo sabían.
Un dia
antes de los gritos lo habíamos visto en el área ambulatoria del
hospital, con suero, cubierto con una frazada, asumo que con fiebre.
Su rostro era pasivo, tranquilo, casi hasta sonreía. Parecía un
niño normal, con las molestias de una fiebre, pero ni siquiera se
quejaba, solo estaba ahí, acostado, mientras le pasaba el suero. Al
dia siguiente era otro.
Unas
horas después del segundo episodio de los gritos, lo vi pasar en una
camilla, con los cinchos de seguridad, el rostro fijo, duro...y me
partió el alma. ¿Qué tendría esa pobre criatura?
Más
tarde volví, y cuando yo entraba al hospital, lo estaban bajando de
la ambulancia, siempre sujeto. Su madre iba adelante, con unos
estudios de imágenes en la mano (no sé, quizá un TAC, una
resonancia, radiografías)...cuando pasó por la recepción quizá la
persona que estaba ahí la conocía y le preguntó por el niño.
“Tiene meningitis y encefalitis...pero aquí estamos” le dijo.
¿Qué
significa como madre que te den una noticia así? Devastador,
imagino.
Más
tarde y lo último que vi de él era que lo tenían en una camilla,
quizá haciéndole más exámenes de sangre, ya no gritaba, sollozaba
tristemente. Su madre iba por el pasillo, con una frazada...cómo
hace frío en los hospitales cuando uno es el de la camilla :(
Ahora lo
entiendo todo:
La HSE
debido al virus del herpes simple tipo 1 (que causa llagas o ampollas
alrededor de la boca o los ojos) puede afectar a cualquier grupo
etáreo pero se ve más frecuentemente en las personas menores de 20
o mayores de 40 años. Esta enfermedad de evolución rápida es la
causa individual más importante de encefalitis esporádica mortal en
los EE.UU. El virus se transmite por el contacto con una persona
afectada. Los síntomas son dolor de cabeza y fiebre hasta por 5
días, seguidos de cambios en la personalidad y la conducta,
convulsiones, parálisis parcial, alucinaciones y niveles de
conciencia alterados
Los
pacientes con encefalitis a menudo muestran síntomas parecidos a la
gripe. En los casos más graves, los pacientes pueden tener problemas
con el habla y la audición, visión doble, alucinaciones, cambios en
la personalidad, pérdida de la conciencia, pérdida de la sensación
en algunas partes del cuerpo, debilidad muscular, parálisis parcial
en los brazos y las piernas, demencia grave súbita, deterioro del
juicio, convulsiones, y pérdida de la memoria.
Si ud no
ha conocido de cerca a una persona cuyo cerebro se ha visto afectado
por cualquier circunstancia, no alcanzará a comprender que es
posible que ese ser humano que ud conoce se pueda convertir en
alguien irreconocible, de la noche a la mañana, aparentemente sin
explicación. La respuesta está en su cerebro. Las conexiones
neuronales son lo que nos hace ser quienes somos. Con una que se
pierda, algo cambia. En general es irreversible. Una neurona perdida
no se recupera jamás.
Dicen que
somos agua, pero también somos electricidad.
Miles de conexiones
complejas que determinan lo que somos. Mucho podremos decir
metafóricamente que el corazón nos hace actual de tal o cual forma,
pero la verdad científica es que es el cerebro el que nos dirige.
Espero
que este pequeño pueda salir de esta y que el daño no haya sido
terrible.
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