Sí, yo me quejo mucho de los lugares de comida. Es que no concibo cómo, si uno es quien les mantiene el negocio, lejos de que lo consientan tenga uno que aguantarles el mal servicio.
Supongo que ud ya sabe que Subway es franquicia y que no todas las sucursales son del mismo propietario, aunque hay varias que son del mismo dueño.
Los sándwich de este tipo me gustan porque permiten elegir lo que uno le quiere poner y, si uno elige correctamente, puede ser una comida saludable. También uno mismo lo puede volver anti-dieta haciendo combo con bebida y papa o galleta, pero también es elección personal.
Entonces, dada mi amplia experiencia en este tipo de comida a lo largo de los años y de la obligada necesitad de almorzar manejando en múltiples ocasiones por aquellas responsabilidades de chofer familiar, me atrevo a opinar de algunas cosillas.
Voy a comparar 3 sucursales, que casualmente son de propietarios diferentes. La Monumental, que queda en la gasolinera UNO por el paso a desnivel del Hermano Lejano; la Constitución, que se ubica en un Centro Comercial chiquito sobre el Boulevard del mismo nombre (sí, ahí cerca de ese lugar que todos usan de referencia) y Los Hérores, abierta recientemente en la Texaco de la Gabriela Mistral.
La sucursal Los Héroes sale ganando porque:
Las personas que atienden son amables. Son nuevos todos, inexpertos, nerviosos, pero eso no les quita la sonrisa y la amabilidad. Les doy 10 en actitud.
Hay más variedad de vegetales para escoger. Tienen hongos y no andan con la bayuncada de que es precio extra. Podés poner pepinos y pepinillos. Probé el de atún con estos 3 ingredientes juntos y mejoró enormemente el sabor clásico que ya tenía “registrado”.
Siempre había pan queso-hongos, al menos las veces que fui.
La bebida tiene refill.
Es el único lugar en que he encontrado los vegetales tapados con el vidrio de la vitrina: lo abrieron para preparar el sándwich y luego volvieron a cerrar.
Su único pecado es haber agregado ketchup a los aderezos. La primera vez que fui asesinaron mi sándwich de atún agregándole eso. Así que cuidado, ahí “con todos los aderezos” es más que mayonesa, mostaza, aceite y vinagre. Pregunte antes.
Quizá el único punto feo es el parqueo, porque comparte con la tienda de la gasolinera y muchas veces no encontré y me tocó parquearme en un sitio no adecuado, aunque como era para llevar me arriesgué.
Las otras sucursales, y por ende dueños, deberían aprender de esta, definitivamente.
Sucursal Monumental.
Es a la que más voy, porque es la que queda cerca cuando me puedo sentar a comer normalmente.
Quitando a una señora que parece llevar más tiempo ahi que los demás, el resto está siempre malencarado o con cara de ya-quiero-que-acabe-mi-turno. Hay dos, que por suerte no los he visto últimamente, que casi aturran la cara para atender.
O pepinos o pepinillos, no se pueden los dos. Los hongos los cobran extra y casi nunca hay.
Una vez estuve a punto de llamar a la Unidad de Salud que les corresponde. El joven cajero estaba con una gripe y tos horrible. Usan guantes, sí, pero por más que quieran los estornudos no se pueden evitar y no sé, sentí feo comer ahí ese dia. El dueño debió darle incapacidad. No es una fotocopiadora, es una venta de comida.
Ya no hacen del pan queso-hongos. Buh.
La bebida no tiene refill y NO tienen hielo. Para mí lo segundo es un pecado mortal, yo tomo hielo con té.
No tienen bebida light en la máquina. Sí, yo sé, todas las sodas son malas, pero si querés light tienen de lata y te la venden a $1.10.
Al que le daría premio es al vigilante, bien amable el señor, abre la puerta. Yo agradezco eso porque ando con una nube de electricidad estática sobre mi cabeza y odio que “me agarre la corriente” cuando toco puertas metálicas.
Sucursal Constitución
Antes era bonita, la gente era amable, el local acogedor para ir en familia.
Resulta que o cambió de dueño o de políticas, porque anunciaron su “reinauguración”. Fuimos. Desastre total. Otra gente, malencarada, nada amables. Parece ser que no han entendido que en un negocio interactivo en el que la orden se basa en elegir qué va a llevar la comida, la amabilidad y paciencia del dependiente es fundamental. Cuando uno va con niños, casi que le traduce al dependiente cómo lo quiere el niño. Mientras yo hacía eso, el tipo casi que me gritaba “¿otra orden?”.No había nadie más en fila, éramos los únicos. Estábamos viendo el menú para que el niño decidiera qué quería y el tipo no paraba de decir en voz demasiado alta “¿otra orden?”. Hubiera querido buscarle el botón de off.
Igual que el anterior, sin hielo, sin refill.
No había una mesa decente donde sentarse, o estaba el gran calor o le daba el ventarrón del aire acondicionado. Busqué una al fondo y, error, ahí se sentaron todos los repartidores motorizados. Tenían un gran relajo, no había ningún periódico disponible porque ellos los tenían todos, realmente no nos dejaron cenar en paz.
Para rematar el basurero estaba a reventar.
Feo, feo. Antes era mi sucursal favorita. Ahora no me dan ganas de volver realmente.
Y ya. Provecho =)
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