Esto es, en definitiva, tema de blog...ahí perdonen los que esperaban música, y disculpen si me pongo un poco “política”, pero situaciones como esta dan pena y realmente no hay que dejarlas “así no más”, especialmente en esta época pre-electoral.
En vista de que hace una semana tengo una congestión de las vías nasales, y que este fin de semana me la pasé literalmente sudando la calentura y con frío al mismo tiempo, decidí este lunes arriesgarme a poner un pie en la Unidad Médica del Instituto Salvadoreño del Seguro Social ISSS que me corresponde.
Tuve a bien llegar a las 7 am, pensando en desocuparme a eso de las 9:30 siendo optimistas, lo cual no habría interferido mucho con mi rutina de trabajo habitual y era un tiempo recuperable a lo largo del día trabajando a mil.
Pero resultó que, a las 7:30 estaba siendo “evaluada” por un médico de emergencias (a como yo me sentía, para mí era emergencia), pero como no tenía un hueso roto, la cabeza colgando ensangrentada o a punto de parir, se dedicó a fruncir el seño (o en salvadoreño, “aturrar la cara”) cuando vió mi garganta y me dijo amablemente: “Vaya al 4to nivel, a la ventanilla 1, ahí le asignarán un médico que la atienda”.
Ja ja ja, dije para mis adentros, como dice Ale Fernández, “Si tú supieras” lo que eso significa.
Quieres conocer el resto de la “peregrinación”?...sigue leyendo entonces...
En fin, ya estando ahí, a hacerle frente. Entregué mis documentos a las 7:40 en la ventanilla 1, en la cual me los recibieron con un “siéntese”...claro, hubiera querido sentarme, pero aparte de mí habían otras 30 personas paradas, porque todas las sillas, que bien eran unas 60, estaban ocupadas. Y mis huesos me dolían relindo.
A eso de las 8:30 divisé una silla vacía, y procedí a tomar asiento. Llamaron a los de las 8, los de las 9, y al fin, a las 10:30 de la mañana, me asignaron un número de clínica y por ende un médico.
Cuando llegué a la clínica en mención, habían otras 15 personas que pasarían consulta antes que yo...mi consulta sucedió a las 12 del mediodía, hora de salida de la Dra, así que sospecho que mi garganta no era su prioridad.
Cuando llegué a la clínica en mención, habían otras 15 personas que pasarían consulta antes que yo...mi consulta sucedió a las 12 del mediodía, hora de salida de la Dra, así que sospecho que mi garganta no era su prioridad.
Luego, otros 15 minutos a esperar que las enfermeras me llenaran las recetas, me enviaron a sacar una cita en el laboratorio para unos análisis, que eficientemente me la dieron para mañana a las 6 am...por supuesto que ya sé, que a las 6 hay que llegar a tomar el número para el turno, que a esa hora fácilmente es 100 ó 125.
Después, tuve que hacer otra fila para obtener la cita en la que me darán los resultados de los análisis, pero según la Dra, debía ser en 1 semana...”los cupos son hasta octubre”, me dijo con una sonrisa la recepcionista, “véngase a esperar cupo en 1 semana”...lo que equivale a otras “horitas” de espera, pues eso de “esperar cupo” es rezar para que un citado del día no llegue a su consulta y quede el espacio.
También me habían dado una referencia para trabajo social, donde me darían una charla para las enfermedades de las vías respiratorias...confieso que no pude esperarme a que me atendieran, creo que sé todo sobre alergias con las que le han dado al peque.
Finalmente, la fila para la medicina, que es un antihistamínico genérico que ya sé que me marea a mil y que me duerme, pero es el único disponible, difícil tomarlo cada 12 horas, a menos que no venga a trabajar.
La hora de salida??? 2:30 de la tarde!!!!! increíble, casi 8 horas....fue tan evidente que, mientras yo hacía la última fila, ví que se retiraban de turno los empleados que habían entrado a la hora que yo llegué a iniciar el “ritual” de la consulta médica.
Indignante que el señor Presidente de la República se haya vanagloriado el año pasado diciendo que el ISSS sería más eficiente y que ya no habría que esperar meses para las citas.
En Generación Y, Yoani se quejaba del sistema de salud cubano, que por ser gratuito incluía varias horas de espera y a veces no habían medicamentos...querida Yoani, la gran diferencia de tu sistema con el mío, es que yo pago $20 mensuales por él, descontados de mi salario, lo use o no. El servicio es igual de lento y vale decir, que mi padre lleva varios meses esperando a que haya existencia de un medicamento vital y diario, del cual simplemente “no hay, cómprelo ud o muérase” a pesar de que haya cotizado los 35 años que tiene de trabajar y jamás en su vida hasta ahora, hubiera hecho uso del servicio, o sea que financió el servicio para el resto del pueblo, pero ahora que lo necesita, simplemente “nuay”.
No es que esté de acuerdo con el sistema cubano, pero a veces me pregunto, cuáles son las grandes ventajas que nos ha traído a nosotros, ciudadanos comunes, este capitalismo que vivimos, que es muy, pero muy diferente al famoso “sueño americano” (y bueno, ahí también, si no tenés seguro médico creo que te moris igual).
Mauricio, ahí le va la bola...cambio? Sí, los salvadoreños queremos cambios en muuuuuchos aspectos de nuestras vidas. No queremos ser Cuba, ni Venezuela...pero tampoco USA...queremos ser El Salvador para y que pueda vivirse por salvadoreños.
Buscando por ahí, encontré una nota positiva sobre el ISSS...supongo que hay de todo, pero me late que estas son las excepciones, dime tú, qué opinas del ISSS?
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