Si, yo estoy enamorada de usted: de su altura, de su fortaleza, de su color, de su elegancia, de su vitalidad, en fin, de su belleza y hermosura.
Llevo días mirándolo aquí y allá, me lo he encontrado por diversos lados de la ciudad cuando salgo. Me intrigó su identidad, primero creí que se llamaba Andrés, pero no se parece usted totalmente al resto de la familia.
Expresando mi admiración por usted a otras personas, llegué a saber su apellido: Blanco.
Me propuse tomarle una fotografía para ilustrar esta entrada, con tan mala suerte que el día que lo tuve frente a mí, las baterías de mi cámara no funcionaron y perdí esa valiosa oportunidad, de retratarlo desde mi punto de vista, tomando los rasgos que más me interesan de usted.
He contagiado de mi enamoramiento a otras personas, incluso a una joven amiga, que antes no había reparado en usted, pero al mostrárselo ha concluido lo mismo que yo: es usted una belleza sin igual.
Quisiera sentir su textura, pero es tan alto que jamás podré tocarlo, al menos no donde yo quisiera, a no ser que alguna parte de usted baje a mi nivel.
Por suerte, encontré una foto...si quiere verla, dele click al “sigue leyendo” y conozca al objeto de mi afecto...
Llevo días mirándolo aquí y allá, me lo he encontrado por diversos lados de la ciudad cuando salgo. Me intrigó su identidad, primero creí que se llamaba Andrés, pero no se parece usted totalmente al resto de la familia.
Expresando mi admiración por usted a otras personas, llegué a saber su apellido: Blanco.
Me propuse tomarle una fotografía para ilustrar esta entrada, con tan mala suerte que el día que lo tuve frente a mí, las baterías de mi cámara no funcionaron y perdí esa valiosa oportunidad, de retratarlo desde mi punto de vista, tomando los rasgos que más me interesan de usted.
He contagiado de mi enamoramiento a otras personas, incluso a una joven amiga, que antes no había reparado en usted, pero al mostrárselo ha concluido lo mismo que yo: es usted una belleza sin igual.
Quisiera sentir su textura, pero es tan alto que jamás podré tocarlo, al menos no donde yo quisiera, a no ser que alguna parte de usted baje a mi nivel.
Por suerte, encontré una foto...si quiere verla, dele click al “sigue leyendo” y conozca al objeto de mi afecto...
Bien, resulta que el nombre de pila de mi amado es Tabebuia donnell-smithii, conocido socialmente cono Cortés Blanco (que extrañamente tiene flores amarillas...la naturaleza es sabia, el de los colores cruzados es el que le puso el nombre). Es medio pariente del San Andrés, pero no mucho. Si quieren saber algo más de él pueden leer por acá.
Esta foto fue tomada de aquí
Esta pertenece a la web del Instituto San Andrés
Su familiar más parecido es el Tabebuia chrysantha, que se da en suramérica, por aquí sus generales. El tipo de flores es bastante similar y también es caducifolio – elemento donde a mi parecer radica su belleza sin igual, al presentar el color puro de las flores sin la interferencia del verde de las hojas – pero la diferencia es que las ramas son como más “esponjadas”, como despeinado el señor Araguaney (así lo conocen por esos lados) y las del Cortés Blanco tienden hacia el cielo.
Si lo quiere ver en vivo, le cuento dónde los he visto yo: en los edificios de la Monserrat (visibles desde el paso a desnivel del Hermano Lejano), bajando la calle Monserrat se observan algunos a lo lejos, a la vuelta de la Cruz Roja, y el más bonito que he visto hasta ahora se localiza en los edificios de la Colonia Málaga justo en la parada de la ruta 5.
Don Andrés también es bonito (el San Andrés), pero la densidad de las flores es menor, aunque le rescato que de chiquitas en la escuela nos encantaba recoger los botones sin reventar y hacerlos explotar en la frente, había varios árboles de San Andrés en mi bella Escuela Unificada de Niñas.
Se imagina qué bonito seria, si en lugar de los armatostes esos que hay en el Boulevard de los Próceres sembraran árboles de Cortés Blanco desde la UCA al árbol de la paz? Lindo se vería el caminito de flores amarillas, apto para aguantar las recurrentes trabazones de la zona; o en la autopista a Comalapa, en el Boulevard de los Héroes, en la Carretera de Oro. Cualquier extranjero amante de la naturaleza regresaría al país en esta época sólo para ver semejante belleza.
Ni caros que son, se encuentran desde $0.34 hasta $1.50 en el Instituto San Andrés, más caro es un bote de pintura azul para maltratar los postes urbanos y rurales.
Ahí se lo dejo, para que se enamore usted también.
10 comentarios:
achis... y Clau donde me vio dije jajajajajajajajaajajajajaajaja
jajajajajaaja
Mira ya en serio por la casa de mis papás hay, siempre me han gustado por su imponencia y su belleza natural.
Excelente post si que me ha gustado porque me intrigaste
El tema de la intriga...tatataán...
A mí me encanta ver los árboles floreciendo, lástima que en El Salvador crecemos sin amor a la naturaleza. Recuerdo que cuando estudiaba en el Instituto, sembramos arbolitos en su local y también en el Cerro de Las Pavas.
En San Salvador hay varias Alamedas y lo que menos tienen son árboles.....
hola gracias por visitar mi casa y dejar tus comentarios es un enorme placer leerte.
Me gusta mucho este tema sdabes que me dejaste muy intrigado con el tema porque gozas de mucha libertad para llevarnos hacia donde nos llevas.
Clau! te adelantaste! precisamente el colorido de los árboles me llamaron la atención en estos días.
Claro, yo los aprecié desde otra perspectiva ;)
Pero me enganchaste!, mientras leía pensaba... ¿Clau escribiendo esto?
Bárbara! =)
Primero pensé que se trataba de un poema o de una canción, luego fui leyendo y leyendo hasta que caí que era este bonito árbol.
Fíjate que la idea de sembrarlo en varias partes de SS es genial. No son caros y se ve que se pueden "pegar" en varias partes. Podrían poner a estudiantes de bachillerato en horas sociales o de gente de Agronomía. Me recuerdo de algunas mañanas de inviernos en el colegio cuando amanecía el suelo alfombrado de amarillo.
Caballeros todos: de blanca espada, lustrosa armadura y cabalgando en blanco corcel, que sucumbieron ante el llamado de la nobleza de descubrir a quién amaba la niña...=) gracias por seguir leyendo y descubrir el fondo.
Como bien nos podría exponer Wirwin, enamorarse de la naturaleza es una de las manifestaciones del amor a la obra de Dios...a mí me encantan las plantas, las flores, los animalitos, el cielo y sus múltiples facetas.
El Maquilishuat es hermoso, pero éste me ganó con lo vivo de los colores.
Si algo más pudiera pedirle a la naturaleza en esta línea, serían dos variedades extra: con flores rojas y flores anaranjadas.
Se me vino a la mente:
"Son tan vivos los colores
de tus flores raro amigo
que yo a tus flores les digo
corazones hechos flores..."
(si no es así ahí disculpen, aaaaños hace que no lo leo completo)
Pues yo tambien casi casiiiii me voy chuco! juela dije yo, sera q le robaron el cucharon a esta buena escritora!?
No hay duda alguna q la belleza de la naturaleza no tiene parangón, a mi me agrada el arbol de fuego pero el amarillo no me molestaria en lo absoluto!
Mariolinocopinol: si me lo robaron en serio...todas esas hermosuras amarillas diseminadas por nuestro terruño querido. Ayer ví otros dos: en la carretera Panamericana, ahí por el trébol de Merliot y el otro ya se me olvidó dónde, pero estaba divino =)
A todos: y el Conacaste está lleno de orejas, ya se dieron cuenta? Simplemente preciosos
Si yo siempre vengo Clau, lo que pasa es que me dedico más a escribirte al mail que acá. Sabés, ni entro al twitter, solo entré porque dijiste que habías dejado un msj allá. Saludos. Y check your mail...
Raúl: ah, no, ilegal. El correo es una vía, pero el blog es eterno, deben tus comentarios quedar inmortalizados aquí para cuando se los muestre a mis nietos y sepan que en este mundo hay gente pensante, sensible y agradable(porque, tal como el muñequito de Jetix, jamás voy a enseñar mis mails ja ja ja)
El twitter? sí, como buena abogada penalista que soy, me dí cuenta...y se le agradece maestro. Yo también abrí la cuenta sólo para poder conocerlos más de cerca, no soy muy dada a las redes sociales (conste, no equivale a antisocial).
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