Señoras y Señores, el presidente de la república de El Salvador: MAURICIO FUNES

Hubo que esperar 20 años para poder escribir ésto...y valió la pena cada minuto.

El Salvador empieza hoy un nuevo día, con un nuevo presidente electo, quien a partir del 1 de junio dirigirá el futuro de la Nación. Un futuro que, siendo realistas, no será muy prometedor, no hay varitas mágicas, la crisis está apenas iniciando...pero la satisfacción de saber que quien estará en esa silla en el momento de tomar las decisiones ha prometido que pensará en todos y gobernará para todos, es ya, una gran esperanza.

El cambio, el cambio que tanto se pregonó y que todos buscamos es eso, un cambio de visión del Ejecutivo, una forma diferente de distribuir los mismos recursos. Fue el discurso que los que creímos desde el principio en el candidato, esperábamos escuchar: nada de consignas guerreristas, cero confrontación, todo lo contrario, un llamado a la unidad nacional, a trabajar todos juntos por un nuevo El Salvador.

Es triste que buena parte del discurso haya tenido que dirigirse a asegurar algo que no estaba en peligro, pero que la derecha insistió en hacer creer: prometer que se respetarán las libertades, la constitución, la empresa privada, la Institucionalidad del país. No hacía falta, ya se sabía, pero era necesario para calmar a los que llegaron a creer que sería lo contrario.

Rafael Castellanos lo calificó como: “El discurso de un Estadista”... tenía dudas? Fue por su capacidad que lo apoyamos...no esperábamos menos de él. Desde pequeña que lo veía analizando la realidad desde su faceta de periodista me pregunté tantas veces: y este hombre, por qué no se postula para presidente?...Llegó el día en que ví, mi sueño y el de muchos, hecho realidad. Un millón doscientos mil salvadoreños que creen en su capacidad para gobernar, que no tuvieron miedo, que anhelan un futuro diferente...que se convencieron de que nada es eterno y que el fin de la “era” tenía que llegar a su fin algún día...éste.

Se abrió al fin, el camino de la alternancia en el poder. De ahora en adelante, si la derecha quiere recuperarlo, debe ser simplemente mejor que lo que ha sido...por dormirse en sus laureles y olvidarse de la otra mitad del pueblo es que lo ha perdido...si lo quiere de nuevo, debe luchar por él con ideas y acciones, no con himnos de guerra, miedo y engaños, que se ha demostrado, ya no detienen al ente pensante.

Es un paso enorme hacia el perfeccionamiento de la democracia. No, no esperamos ahora 20 años del Frente en el poder...para nada. Esperamos de hoy en más, que en cada elección los partidos en contienda presenten sus mejores propuestas y que gane el mejor, como debe de ser. No más miedo, no más guerras, no más “Fuerza Solidaria” ni “Yo no entrego El Salvador”...porque sí, lo han entregado, pero no al comunismo ni a la dictadura como ellos pregonaban, lo han entregado a la otra mitad del pueblo salvadoreño, esa que nunca lo ha tenido, esa acostumbrada a perder cada cinco años, esa que ya maduró, venció el miedo a la represión y defiende sus pensamientos con el arma más poderosa que le dio la democracia: el voto. Este día al fin ha valido la pena cada una de las muertes en esa cruel guerra...si fue por eso por lo que lucharon, queridos hermanos, al fin descansen en paz.

Mientras se contaban los votos, salimos a dar una vuelta a un centro comercial, donde los vigilantes, al ver la bandera en el carro, perdían el miedo y preguntaban: cómo van los datos? Vamos ganando, verdad? Los dependientes de los almacenes...la gente del pueblo, todos sonrisa en labios, satisfacción interior...al fin, sensación de victoria reprimida durante tanto tiempo.

Lecciones muchas, y de todos los tipos. El Frente y su pueblo, que nada tenían, más que la esperanza de ganar, acostumbrados a perder en cada elección, aprendieron con el paso del tiempo que con radicalismos no llegarían a ningún lado; aprendieron a ceder dominio para ganar poder, a darle paso a otros que tuvieran la concertación que a ellos les faltaba...el que no evoluciona, muere.

Generaciones como las hijas de Rodrigo, que probablemente nacieron durante la presidencia de Cristiani, quienes jamás habían vivido una derrota...y ya era tiempo, porque en la vida no siempre se gana y hay que prepararse también para saber perder, es parte de madurar y crecer.
Rodrigo deja una deuda, la de tener la suficiente madurez política para aceptar mejor la derrota...faltó el reconocimiento del gane del otro, el reconocer que ahora será SU presidente, el tender la mano para completar el camino que el otro ofreció de entrada. Yo sigo pensando que él como persona a lo mejor hubiera querido hacerlo, pero el anillo de su partido es tan cerrado como para no permitírselo. El presidente Saca, gran guerrerista durante toda la campaña, todavía hace dos días declarando que el comunismo aquí, que los rojos allá, fue anoche el gran ausente ante los medios que tanto ama...nos queda en deuda Mr President...es de hombres cabales reconocer las derrotas.

Jamás pensé vivir ésto...y me alegra tener donde expresarlo: esta vez es diferente MAURICIO PRESIDENTE!!!!