Como babosa con sal...seguimiento técnico

Si a usted no le suena el tema, entérese del inicio del la historia aquí y luego actualícese con lo que sigue.

Inicialmente agradezco a la niña Virginia que me “iluminó” para que recordara que el cuerpo humano necesita una alimentación balanceada para proveerse de, entre otras cosas, vitaminas y que probablemente a mí me faltaba el llamado “Complejo B” para reforzar mi sistema nervioso.

Así que comencé a tomarlo, en tabletas, por aquel miedo natural a las agujas y porque la última vez que me lo recetaron en el ISSS eran 5 ó 10 inyecciones, de las cuales sólo aguanté 3 porque me estresaba más el tiro de dardos que practicaba conmigo la dulce enfermera.

No sé si me habrá hecho efecto real o habrá sido a causa de la “fe”, pero a los 3 días me di cuenta que por un día completo el ojo no había presentado el tic...y fui feliz. Pero la felicidad me duró sólo ese día, al siguiente regresó, ahora en combo, con un movimiento en el labio superior, pero, bien diseñador mi rostro, al lado contrario para hacer equilibrio.

Ayer tenía una cita en el ISSS programada de hace ratos. Cuando me levanté en la mañana sentí que respiré mal y me “trabé” del cuello. No es algo nuevo, de chiquita conocí de cerca las miolaxín, unas pastillitas chiquititas para tratar la tortículis. Ahora me da extendida, no es sólo el cuello sino también la espalda y el hombro. A lo largo del día el dolor empeoró y cuando subía y bajaba las gradas sentía como una punzada en la espalda.

Llegué donde el médico, le comenté el combo de dolencias y me dijo: “Sí mi amor, pero eso es estress y hay que aprender a manejarlo, no hay medicina que cure eso, está demasiado joven para que tenga tanta cosa, relájese”. Sus palabras quedaron rebotando en mi psíquis y, haciendo memoria, descubrí con tristeza que dos de ellas era probablemente la primera vez que me las dirigían. Gracias a Dios que yo sí las he dicho, especialmente en los últimos seis años en los que han brotado en abundancia.

En fin, me iba a dar las típicas 5 B12 inyectadas, le dije si no había otra opción y me respondió que en el ISSS no. Ante la imposibilidad de que yo pueda pasar 5 días seguidos por sus instalaciones a la hora que ellos digan, le pregunté el equivalente que podía comprar y me sugirió una Neurobión 5000, que era una sola dosis. En la farmacia sólo había 2500 y me puse esa, descubriendo por qué en el ISSS no hay esa opción: vale $10 la inyeccioncilla.

Luego de eso, la metocarbamol y el ibuprofeno que me dieron ahí, tenía la esperanza de despertar sin dolor...pero a las 3 de la madrugada que abrí los ojos todavía me dolía igual. Me dormí otras 2 horas y heme aquí, a las 7:30, todavía “trabada”, aunque ya puedo girar la cabeza.

Gracias por la atención prestada a la presente. Si usted puede ir al gimnasio, vaya; si puede tomar vitaminas, tome; si puede desestresarse, hágalo...o resígnese a quedar en calidad de “babosa con sal” como su servidora.