No soy activista, de nada ni de nadie. No armo marchas contra la depredación del ambiente, no quiero promover que ejecuten a los de BP, no voy a los desfiles Gay, no asisto a las conmemoraciones de Monseñor Romero...o sea, no soy públicamente pro ninguna causa.
Pero en mi interior, como toda persona, tengo mi lista de cosas que "paso" y las que no. Esas situaciones del ser humano que me desagradan, esas cositas que quisiera borrar del planeta. Quizá lo veo más del lado pasivo, desde el interior de mi pequeña comunidad - mi familia - tratando de que el mundo sea mejor de lo que es ahora, a través de la educación en valores. Quizá sea utópico, pero es lo que tengo.
Haré una excepción con esto, promoviendo que sigan a esta persona y su causa.
Me ha erizado la piel al leer las historias de algunas personas. Es inconcebible que en nuestro tiempo, exista la trata de personas, como la esclavitud que tanto costó abolir, resurge con otra cara.
En el follow friday de la semana anterior, @rickymartin recomendó seguir a @AaronCohen777.
Debo confesar que lo seguí porque me equivoqué, creyendo que era Adam Cohen, artista a quien conocí por el Sound Track de Dawson's Creek.
Pero, al comenzar a recibir los tweets vi que era otra persona y que su objetivo era el mismo de Ricky, combatir la trata de personas.
Uno no puede imaginarse lo que puede ser eso, quizá sólo lo pensamos en personas de raza negra y para efectos de trabajos forzados, como fue en la época de la colonización. Pero, se trata de niños, niñas y mujeres, asiáticas, rusas, latinas, de las nacionalidades más diversas, vendidas principalmente para sexo.
Me conmovió leer la historia de una niña, a quien su madre la vendió para pagar la operación de su abuela. Aberrante. ¿Cómo puede tener valor económico la vida de una persona?
Les dejo el link de la página web, al menos para concientizar, no está de más pasar por ahí: Abolish Slavery
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