Tulipanes bailando samba: Holanda 2 - Brasil 1

Los ciclos pueden romperse.

La historia hizo justicia 12 años (y 3 mundiales) más tarde.

Esta mañana – tarde de Sudáfrica- el mundial se vistió de naranja, eliminando a la combinación verde-amarilla que hoy lucía azul, demostrando que el ego es una cosa la que hay que tenerle cuidado, porque puede voltearse en tu contra.

Ciento, miles quizá, de salvadoreños consternados...y qué? 5 copas mundiales ya son suficientes para jugadores que ganan millones en un país donde ganar es lo de siempre.

En mi vida mundialista no había visto a un portero hacerse jugador de cancha...eso fue la muestra de la desesperación final y reconocimiento de que ya, se había acabado.

Pude ver los últimos 9 minutos de partido, pero fueron suficientes para que la sangre fluyera. Ver la cara del 99% de mis compañeros que le iban a Brasil no tiene precio.

Que uno fue autogol? Sí, también a los grandes les pasa, que dejen de joder a los chiquitos cuando eso sucede.

Por qué me sacaron a Van Persie? Tan chulo, merecía verlo jugar vaya :P

De esos comentarios triviales que dicen que hacemos las mujeres respecto al futbol, voy a hacer uno, chis. Si ambos uniformes los patrocina Nike, qué ondas con el de Holanda que tiene los números tan feos? Parecen formados con pedazos de tirro pegados, busquen otra costurera, perdón, diseñador.

Me he atacado de la risa cuando hicieron el cambio de Van Persie y entro al que apodan “caza goles”, uno de mis compañeros dijo: “cartel de liquidado”...ja ja ja, nadie aguanta a Calderón, pero bien que lo repiten.

Creo que ya cayeron en la cuenta que fui la única que saltó de la felicidad cuando sonó el silbato final. Envié un mensaje de texto luego...pues sí, anoche me hicieron burla de que el día sería amarillo, valía la pena decir que florecieron los tulipanes.

En los 3 minutos de tiempo extra, me nacía hacer lo que los gringos en la NBA: defend, defend, defend.!

Es lo mejor que me ha pasdo en el día, después del dolor de cabeza, las discusiones familiares, las lágrimas, el stress laboral, las enfermedades familiares y propias.