martes, 17 de septiembre de 2013

Interpretador de sueños...se busca

Ud no está para saberlo ni yo para contarlo, pero tengo una pesadilla recurrente. Si ya lo conté antes, pues no lea el post...o en todo caso eso reforzaría el hecho que en serio es recurrente.

Resulta que estoy en un lugar, parecido cada vez aunque no es exactamente igual, de paredes de adobe, amarillas o café claro, altas, pero sin llegar al techo, se puede ver dónde terminan. El techo está alto y es a dos aguas, el piso es oscuro y está mojado, no mojado uniforme, sino con charcos aquí y allá, sucio, como desvestidor de balneario público luego de una excursión.

Son sanitarios públicos, en algunas ocasiones hay duchas, en otras solo sanitarios. Algunos tienen puerta, otros no. Las puertas son de lámina o madera, viejas, no cierran bien, descolgadas de un extremo a veces.

Los sanitarios son blancos, sin tapadera, sin tanque, manchados por el paso del tiempo.

Estoy buscando un sanitario, pero todos a los que entro están sucios, por dentro y por fuera. Salgo de un recinto y busco otro, a veces en linea, a veces adentrándome más en el espacio, tipo laberinto.

Me ecuentro con gente, a veces conocida, a veces no, en su mayoría mujeres adultas.

Particularmente en el de anoche estaba una persona que conozco, no necesariamente amiga, pero conocida cercana, con su esposo. Ella usaba uno de los sanitarios, estaba sin ropa y conversaba con él, sobre su hijo, en un espacio más grande, lleno como de escombros de demolición de paredes.

Todas las mujeres que aparecen son de tez blanca, auque de cabello negro, rellenitas, como señoras de barrio, normales, amas de casa.

Hay papel higiénico blanco regado por todos lados, así como en las películas cuando cubren casas y árboles con rollos y rollos de papel.

En este apreció un elemento que no había salido antes, varios colchones viejos, de aquellos de las camas que tenían como una base de resortes vistos y un colchón delgadito que se podía enrrollar. Algunos tenían los resortes de fuera, otros rotos con el relleno visto. Podia ver el diseño a rayas de la tela y las costuras de las orillas.

Adentro siempre está oscuro, no hay ventanas, solo luminarias a veces blancas, a veces incandescentes. Una sola puerta de entrada y salida para todo el recinto, siempre con alguien custodiándola.

En el de ayer, contrario a la generalidad de mis sueños en los que siempre es de noche, al salir del lugar era mediodia, un sol brillante que quemaba. Salí a un terreno muy grande, irregular, sin árboles, sin construcciones, todo de tierra café – no blanca como la mayoría de San Salvador, no negra como Sta Ana y sus fincas, no arcilla como la que vi en las construcciones en mi trabajo en oriente - tierra consolidada y algunos sectores sueltos con polvo. Había cordón-cuneta, toda una manzana, como si fuera el terreno de una gran construcción que habían demolido. Allá, a una cuadra más o menos, había gente, mucha gente. Me acerqué y eran hombres, obreros, como albañiles, sucios, como quien termina de jugar un partido callejero de futbol al mediodia, todos con ropa de trabajo y cascos de construcción. Más allá, en la calle pavimentada, un grupo de mujeres, vestidas normalmente. Parecía un pueblo en feria. Entre ellas estaba mi madre con una amiga suya, molesta porque el transporte no llegaba y debíamos marchar a otro lado.

Yo los veía de lejos y me cubría el pecho. No podía verme, pero sentía que no llevaba ropa, solamente el cabello largo y suelto.

¿Significado?

A saber.

En mi defensa puedo decir que pasé mi infancia/adolescencia en recintos escolares viejos, el primero con seguridad era de adobe, paredes de unos 5 metros de alto o más. Los dos bastante grandes, más de una manzana urbana. En la primaria nos tocaba llegar temprano un dia a la semana a hacer la limpieza del salón y patios. Sí, a los 6 años ud tenía que saber barrer, trapear y lavar el trapeador. Una vez al mes tocaba lavar los baños comunes. Eran viejos, como de mesón, puertas, divisiones y techo de lámina, un calor infernal usarlos, una pestilencia insoportable lavarlos. Pero había que hacerlo. En uniforme. Sin guantes.

La sensación de vulnerabilidad al estar buscando un sitio privado y no encontrarlo quizá pueda entenderla por el hecho de que hace años que quiero espacio propio y no tengo, me salté esa parte de la historia donde uno vive solo y tiene eso, su espacio. Sí tuve habitación propia en mi casa de infancia en los últimos periodos, pero siempre habían otras cosas de otras personas, no todo el espacio era mio.

El estar sin ropa puede ser falta de protección. Sí, es algo que siento, que debo cuidarlos a todos, pero no tengo alguien que me cuide a mí.

También pueda ser que el sueño haya aparecido de nuevo porque ayer recibí la noticia de que un maestro de Bachillerato falleció. Mi favorito. El que se parecía físicamente a mi papá cuando era joven. El que era nuestro amigo.

También ayer fui vulnerable en sentido recurrente, por un evento que bien puede que no haya sido nada, pero cuando el cántaro está quebrado cualquier gota lo quiebra y uno ve fantasmas donde quizá no hay...o quizá sí. Odio esa capacidad comprobada que tengo de presentir los hechos.


No sé, necesito un interpretador profesional de sueños...pero ni nos han pagado agosto completo, menos voy a tener para andar pagando profesionales piquis.

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