Ud no está para saberlo ni yo para
contarlo, pero tengo una pesadilla recurrente. Si ya lo conté antes,
pues no lea el post...o en todo caso eso reforzaría el hecho que en
serio es recurrente.
Resulta que estoy en un lugar, parecido
cada vez aunque no es exactamente igual, de paredes de adobe,
amarillas o café claro, altas, pero sin llegar al techo, se puede
ver dónde terminan. El techo está alto y es a dos aguas, el piso es
oscuro y está mojado, no mojado uniforme, sino con charcos aquí y
allá, sucio, como desvestidor de balneario público luego de una
excursión.
Son sanitarios públicos, en algunas
ocasiones hay duchas, en otras solo sanitarios. Algunos tienen
puerta, otros no. Las puertas son de lámina o madera, viejas, no
cierran bien, descolgadas de un extremo a veces.
Los sanitarios son blancos, sin
tapadera, sin tanque, manchados por el paso del tiempo.
Estoy buscando un sanitario, pero todos
a los que entro están sucios, por dentro y por fuera. Salgo de un
recinto y busco otro, a veces en linea, a veces adentrándome más en
el espacio, tipo laberinto.
Me ecuentro con gente, a veces
conocida, a veces no, en su mayoría mujeres adultas.
Particularmente en el de anoche estaba
una persona que conozco, no necesariamente amiga, pero conocida
cercana, con su esposo. Ella usaba uno de los sanitarios, estaba sin
ropa y conversaba con él, sobre su hijo, en un espacio más grande,
lleno como de escombros de demolición de paredes.
Todas las mujeres que aparecen son de
tez blanca, auque de cabello negro, rellenitas, como señoras de
barrio, normales, amas de casa.
Hay papel higiénico blanco regado por
todos lados, así como en las películas cuando cubren casas y
árboles con rollos y rollos de papel.
En este apreció un elemento que no
había salido antes, varios colchones viejos, de aquellos de las
camas que tenían como una base de resortes vistos y un colchón
delgadito que se podía enrrollar. Algunos tenían los resortes de
fuera, otros rotos con el relleno visto. Podia ver el diseño a rayas
de la tela y las costuras de las orillas.
Adentro siempre está oscuro, no hay
ventanas, solo luminarias a veces blancas, a veces incandescentes.
Una sola puerta de entrada y salida para todo el recinto, siempre con
alguien custodiándola.
En el de ayer, contrario a la
generalidad de mis sueños en los que siempre es de noche, al salir
del lugar era mediodia, un sol brillante que quemaba. Salí a un
terreno muy grande, irregular, sin árboles, sin construcciones, todo
de tierra café – no blanca como la mayoría de San Salvador, no
negra como Sta Ana y sus fincas, no arcilla como la que vi en las
construcciones en mi trabajo en oriente - tierra consolidada y
algunos sectores sueltos con polvo. Había cordón-cuneta, toda una
manzana, como si fuera el terreno de una gran construcción que
habían demolido. Allá, a una cuadra más o menos, había gente,
mucha gente. Me acerqué y eran hombres, obreros, como albañiles,
sucios, como quien termina de jugar un partido callejero de futbol al
mediodia, todos con ropa de trabajo y cascos de construcción. Más
allá, en la calle pavimentada, un grupo de mujeres, vestidas
normalmente. Parecía un pueblo en feria. Entre ellas estaba mi madre
con una amiga suya, molesta porque el transporte no llegaba y
debíamos marchar a otro lado.
Yo los veía de lejos y me cubría el
pecho. No podía verme, pero sentía que no llevaba ropa, solamente
el cabello largo y suelto.
¿Significado?
A saber.
En mi defensa puedo decir que pasé mi
infancia/adolescencia en recintos escolares viejos, el primero con
seguridad era de adobe, paredes de unos 5 metros de alto o más. Los
dos bastante grandes, más de una manzana urbana. En la primaria nos
tocaba llegar temprano un dia a la semana a hacer la limpieza del
salón y patios. Sí, a los 6 años ud tenía que saber barrer,
trapear y lavar el trapeador. Una vez al mes tocaba lavar los baños
comunes. Eran viejos, como de mesón, puertas, divisiones y techo de
lámina, un calor infernal usarlos, una pestilencia insoportable
lavarlos. Pero había que hacerlo. En uniforme. Sin guantes.
La sensación de vulnerabilidad al
estar buscando un sitio privado y no encontrarlo quizá pueda
entenderla por el hecho de que hace años que quiero espacio propio y
no tengo, me salté esa parte de la historia donde uno vive solo y
tiene eso, su espacio. Sí tuve habitación propia en mi casa de
infancia en los últimos periodos, pero siempre habían otras cosas
de otras personas, no todo el espacio era mio.
El estar sin ropa puede ser falta de
protección. Sí, es algo que siento, que debo cuidarlos a todos,
pero no tengo alguien que me cuide a mí.
También pueda ser que el sueño haya
aparecido de nuevo porque ayer recibí la noticia de que un maestro
de Bachillerato falleció. Mi favorito. El que se parecía
físicamente a mi papá cuando era joven. El que era nuestro amigo.
También ayer fui vulnerable en sentido
recurrente, por un evento que bien puede que no haya sido nada, pero
cuando el cántaro está quebrado cualquier gota lo quiebra y uno ve
fantasmas donde quizá no hay...o quizá sí. Odio esa capacidad
comprobada que tengo de presentir los hechos.
No sé, necesito un interpretador
profesional de sueños...pero ni nos han pagado agosto completo,
menos voy a tener para andar pagando profesionales piquis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario