lunes, 2 de marzo de 2009

La delgada línea invisible

Hay una sutil diferencia entre dar su opinión y meterse en lo que no le importa.


Cuando se cruza esa delgada línea, totalmente invisible para algunos, empiezan los problemas.


Lo peor es cuando sucede entre amigos cercanos o parientes, de los cuales dolería mucho distanciarse por una vil discusión.


Es difícil contenerse, cuando uno es el ofendido, especialmente cuando el otro no entiende que se está adentrando en terreno minado y que en cualquier momento habrá explosión.


No queda más que contar hasta diez mil quinientos, hacerse el mareado, salir a tomar el fresco de la noche, ponerse a leer el diario u ocupar su boca con algún alimento que lo ponga en natural condición de no hablar...todo con tal de no echar a perder la valiosa amistad por la impertinencia de su interlocutor.


Así que usted, sepa distinguir y valorar cuando sus comentarios están traspasando esa invisible barrera personal.


Evidentemente nadie está exento. Que yo haya identificado, he estado a punto de “regarla” con dos personas por comentarios mal entendidos (y los que no habré identificado??? oops!), pero llegaron a buen término porque eran realmente hechos sin mala intención.


La primera vez hice la gracia de preguntarle a una persona de otro país qué hacía en un grupo de fans salvadoreño...lo que realmente quise preguntar es qué le había llamado la atención de nuestro país para unirse al grupo desde tan lejos, pero como que no lo dije así y se entendió mal. Pero luego lo discutimos como personas adultas que éramos y ahora esa persona es de mis mejores amistades cibernéticas a quien algún día espero conocer. La otra fue algo similar, pero por andar opinando sobre política exterior sin vivir en el país en cuestión. Arreglado amistosamente igual.


Del lado contrario, he “perdido” por llamarlo así, la amistad de dos gentes que, sinceramente no me dolió para nada, porque sus comentarios fueron tan molestos e irrespetuosos que...si te vi no me acuerdo. Uno de esos comentarios brillantes fue de alguien que, mientras comentábamos sobre los dibujos que hacen los niños en el kinder, tuvo la estupidez de concluir que con los dibujos que hacía mi hijo, de grande iba a ser terrorista...#$%&!!!! pues sí, eso habría querido decirle, pero me contuve. Quién es esa persona? No me interesa más, para mí es como si no hubiera nacido sobre este planeta. Lo único que recuerdo de ella es que no tuvo a bien conectar la lengua al cerebro antes de emitir semejante juicio.


Y si usted está pensando que este post se originó por algo que me pasó recientemente, está en lo cierto. Escribirlo es parte de contar hasta diez mil quinientos, porque la amistad hacia esa persona es demasiado valiosa y el cariño que le tengo es inmenso, como para distanciarnos por un comentario de su parte ubicado de este lado de la línea.


Y ya, papelito hecho bolita, lanzado al cesto del perdón y olvido. Como decía alguien por ahí: “Señor dame paciencia...pero dámela ya!!!!!! =)

6 comentarios:

Esebloguero dijo...

Es que como todos somos distintos y pensamos de forma diferente ahí se da la diferencia. Lo importante es rectificar, en caso que no se haya podido contener una X cólera.
Saludos.

Anónimo dijo...

A veces me pongo a pensar que uno de hombre resulve más fácil esas incomodidades con un:

"que comentario más pendejo el que acabas de hacer".

A lo que el otro responde:

"nooombre no te emputés, no queria decir eso.. bla bla bla bla"

- "Aaah vergón pues.. "

(asunto resuelto)

Anónimo dijo...

Me gusta el arreglo de "ibapasando" jajajaja.
A veces pensamos (si pensamos) hasta después de hablar o de escribir (que sería más fácil rectificar porque tienes la oportunidad de revisar el mensaje que envías) pero nos la queremos llevar de sabelotodo sin conocer del tema, mejor preguntar y no caer mal; bueno, si en un día te mando un mal mensaje acepto el coscorrón.
Recuerdo que para entrar a trabajar a un banco en El salvador, me hacían dibujarme como yo me imaginaba y como ya sabía para que era, dibujaba un tipo con traje, corbata y me califacaban bién , pero lo realmente yo quería dibujar era estando yo en la playa, descansando y que tal si lo hacía así, no me daban el trabajo, me catalogaban como un vago o cuando estudiaba sólo pasaba haciendo armas o tipos armados y hasta la fecha nunca he tenido un arma. Para mí las personas que se la llevan de 'sicolocos' mejor deberían de ir donde donde un verdadero psicólogo, porque ellos sí necesitan ayuda.

Clau dijo...

Gero: sí, es como aquella canción de "cada loco con su tema"...pero ahí voy, contando para que se baje la coloración cutánea.

ibapasando: ja ja ja, me he reído mucho con tu conclusión por una simple razón: es totalmente cierta!!!! parece que las mujeres somos las que nos complicamos la vida de más...pero conste que ustedes también se van a los golpes, lo cual sería el equivalente al "no me hablés nunca en la vida" de las féminas ja ja.

Eduardo: "coscorrones cibernéticos"...me late como a tema de investigación para tesis =)
ayy los correos...no hay nada más terrible que darle "send" en el justo momento en que descubris que había algo mal dicho en el mensaje...imposible ir a traerlo para repararlo (a menos que seas Timmy Torner de los padrinos mágicos)

Carlos dijo...

Pues... yo hacía de pequeños robots de Mazzinger Z y no por eso me convertí en Koji Kabuto :-S

Saludos Clau.

Clau dijo...

Carlos: vaya, reviviste!!! ja ja