jueves, 26 de enero de 2012

OFF

Mente sana en cuerpo sano, decían los antiguos.

La salud mental es algo que en este mundo de prisas se pasa desapercibido.

La salud del cuerpo se cuida más, enfermedades que producen síntomas que son tratados, hay un medicamento para cada cosa. Si hay fiebre, antipiréticos; si hay dolor, analgésicos; si hay mocosera, antihistamínicos; si falla el azúcar está la insulina y así.

¿Pero qué se hace cuando lo enfermo es lo psicológico? O peor aún ¿Cuál es la cura cuando lo enfermo es el alma?

No tengo los datos de los porcentajes de personas que asisten en nuestro país a Psicólogos o Psiquiatras. En USA deben haber, allá la terapia es casi una moda.

Pero aquí, a la gente sencilla no se le ocurre que su profunda tristeza puede llamarse depresión, que esa inestabilidad puede llamarse ansiedad, que esa violencia repentina puede diagnosticarse como bipolaridad. Y no consultan.

A la gente de media, digamos, en ingresos y en educación, le da miedo que si acude al ISSS a tratarse con el Psicólogo o peor aun con el Psiquiatra, en su trabajo lo tilden de loco y le sobrevenga un desipdo.

Los de alta, no sé, de esos no conozco muchos, y no tengo idea cómo lidiarán con sus demonios internos, que con seguridad tendrán y en abundancia. El poder, el dinero, el status, causan tanto stress como la carencia.

De pronto, combinado con una enfermedad física, la presión psíquica hace off y quien antes era un ser humano “sano” se convierte en la sombra de lo que fue, perdido en los laberintos de su memoria, sin poder hacer uso de sus facultades.

La violencia, latente en cada esquina, ha criado personas maniaco-depresivas, obsesivo-compulsivas, bipolares y similares, que andan ahí por la vida, como si nada, mientras en sus hogares arremeten contra sus familias en el silencio de lo privado.

He conocido mujeres que han tenido que solicitar legalmente que el padre de sus hijos no se les acerque, porque temen por sus vidas. Otras que valientemente se van, antes que las consecuencias sean mayores. Otras que sufren en silencio y perpetuan el ciclo, viendo como sus propios hijos son víctimas del mismo maltrato que ellas.

El ser humano ha encontrado vacunas para muchas enfermedades, pero aun no hay un compuesto farmacéutico que pueda inmunizar contra el maltrato emocional.

Dichosos aquellos cuyos recursos les permiten ir a sentarse una hora frente a un profesional de la salud mental, a desahogar sus demonios internos y de paso a obtener algún medicamento que arregle lo que físicamente es posible arreglar.

Para todo el resto, que anda por la vida dando la vuelta a la esquina del dolor y la congoja de manera eterna sin ver luz al final del tunel, no queda más que cruzar los dedos a que la vida no les de off de manera anticipada y se pierdan el resto del show.

4 comentarios:

KR dijo...

Querida:

Justo hoy estaba pensando en este tema, porque -- ya lo he confesado -- yo pasé en terapia por depresión e insomnio perenne. Por supuesto no funcionó y tuve que agarrar todo el impulso del que soy capaz para dejar de ir, no porque mi psiquiatra fuera mala, no... de hecho siempre que encuentro a algún alma necesitada, se la recomiendo, pero resulta que siendo fiel a mi carácter desistí por razones de salud (irónicamente) y tomé la opción de una vida sin pastillas (antidepresivos que fueron recetados de por vida) ¿por qué? Porque la salud mental es simplemente el empoderamiento de la vida propia. No digo que sea fácil, no ... es de las cosas más difíciles, no importan las causas, uno tiene que ser suficientemente empoderado para decidir dejar de vivir de esa manera narcotizada.

¿Padezco de depresión de raíz biológica? según mi psiquiatra si, pero qué digo yo? Que podré tener ese diagnóstico, pero tengo la suficiente decisión de vivir medianamente en la normalidad y no dejar que toda la tristeza me mate.

La salud mental es necesaria? POR SUPUESTO, pero cada persona es distinta... y por tanto es distinta su manera de sobrellevar todo lo que nos aqueja.

La única solución o "medicina" para evitar el maltrato emocional... es la decisión de no dejar que otra persona sobrepase y pisotee su dignidad, mostrar valentía (propia y para otros) y levantar la mirada y decir... "vos no sos más que yo y no tenes por qué maltratarme" y sacarle la lengua (o el dedo si lo prefiere).

Andamos en sintonía... siento ^^

Silvia Jeannette dijo...

Creo que es importante el papel que jugamos como amigos o familiares de alguien que tiene estos padecimientos, es difícil que por decisión propia busquen ayuda profesional. Saluditos Clau. :)

iba pasando dijo...

Cuando el cuerpo enferma hay que darle medicina, cambiar alimentación, hacer deporte, etc.

Cuando la mente enferma... es una actitud. Y se puede curar en (cuál es la velocidad del pensamiento? ) en un milisegundo. Es cuestión de actitud.

Las actitudes pueden ser varias: desde subir la propia estima rozando el egocentrismo o despreciando lo que te daña con expresión de indiferencia (valeverguismo). Muchos me dicen que soy bien enojado y me gusta llevar la contraria, pero lo hago por deporte y me gusta.. en ningún momento me siento presionado mentalmente. Si un tema de verdad me incomoda o afecta, simplemente ignoro al interlocutor.

Nunca iría a un psicólogo o psiquiatra, prefiero sentarme con un compañero de chupa en un bar y comentarle lo que me preocupa... uno de cien consejos que me dan, puede ser bueno.

Clau dijo...

KR: mire, no sabía eso de las pastillas...o sea que usted se medicaba también (#OkNot).

Qué bueno que las dejó. Yo creo que sirven cuando son para una cosa puntual y por un periodo corto. Es triste tener que usarlas para siempre, eso de andar atontado por la vida es cruel, ya sabe ud por quien lo digo.

Silvia: claro, el primer paso, la negación de que se tiene un problema. Es difícil sobrellevar estos escollos de la vida.

Iba Pasando: No es tan fácil, algunas personas puede, otras no. Mi papá por ejemplo dejó de fumar por voluntad propia de un dia para otro, otras personas pasan años intentándolo y no pueden.