Hoy es el Díamundial sin tabaco y Google no hizo un doodle de eso ¿por qué será?
Hace años, el siglo
pasado podemos decir ya, las tabacaleras y la gente en general se
negaban a aceptar que fumar produce cáncer.
Ya no hay un “podría
ser que”, no, es un hecho comprobado, una correlación directa
entre toda la nicotina y el humo que la gente mete a su cuerpo y el
cáncer de pulmón, garganta, legua y demás relacionados.
Y qué galán fuera
que solo se afectaran los que fuman.
Pero no. También los que jamás
en la vida hemos tocado un cigarro salimos afectados por el humo de
los fumadores.
Las alergias
respiratorias son terribles, uno no vive sano ni un mes y se enferma
otra vez, especialmente en este ambiente cada vez más contaminado.
Yo, personalmente, sin mentirles, puedo sentir el humo del cigarro
aun en un espacio abierto lleno de gente y estando lejos del fumador.
Es tan simple como que cuando el humo llega a mí, empiezo a toser.
Eso lo comprobé un dia en un concierto al aire libre. Iba caminando
entre el gentío y de pronto me picó la nariz y me dio tos, sentí
el olor al tabaco y vi a mi alrededor, ¿cómo era posible que
alguien estuviera fumando entre tanta gente? Y de pronto lo ví,
allá, en una esquina, escondido tras una columna del edificio,
estaba el tipo con el cigarro.
Es indignante la
falta de respeto, especialmente aquí y ahora que hay una Ley para el control del tabaco que prohíbe fumar en espacios públicos.
Un día fui a tomar
un café a un establecimiento que tiene mesas al aire libre, pero
bastante juntas. Habían varios rótulos con la prohibición de
fumar, sin embargo inmediatamente me senté y abrí mi libro sentí
el humo. Miré a mi alrededor y eran dos mujeres, tres mesas a mi
izquierda, las que estaban fumando. El viendo llevaba el humo hacia
mí y aunque me moví de lugar, no me quedó más que tomarme rápido
el café que ya había pedido e irme, era insoportable. Las empleadas
no se atrevieron a decirle a las personas que apagaran el cigarro,
aun con el rótulo de prohibición en sus narices. Fail.
Otro dia, entramos
en una farmacia...farmacia, dije!!!, y como estaba dentro de un
centro comercial piqui, de “gente bien”, ajá, sí, ese que
mencionan en el Retrato de Desigualdad de El Faro, resulta que estaba
el grupo de jóvenes haciendo humo dentro de la farmacia con uno de
esos “cigarros electrónicos”. Humo es humo, no me jodan.
Al
entrar, con mis dos niños y nuestras alergias, les hice la peor
mirada que pude y dije en voz alta: ¿pero qué no saben que es
prohibido fumar en espacios públicos?. Los fulanos solo se rieron.
Entonces “él”, más alto y más fuerte que yo y que los
fulanitos, le dijo al que tenía el aparato: “por respeto a la
niña, apaguen eso o sálganse de aquí”. “Si no tiene nicotina”
dijo el que lo tenía, entre risas. - Es que no es solo eso, también
el humo afecta, ignorante – le dije yo.
Quizá le vieron en
la mirada a “él” la firme intención de agarrarlos de la camisa
y ponerlos al otro lado de la puerta, así que se salieron entre
quejas. Cuando ya estaban afuera, otro joven de, no sé, unos
ventitantos, que estaba también comprando en la farmacia nos dio las
gracias por haber sacado a los fulanos. A él también le molestaba,
pero no se atrevió a decirles nada. Los dependientes qué.
Digo, ¿a ud le molestaría que yo pasara enfrente y así sin conocerlo ni decirle nada agarrara un cuchillo y le hiciera una herida en el brazo y le dijera, nah, es solo sangre? a pues a mí me molesta que la gente vaya con su humo inflamando las mucosas de mi sistema respiratorio.
Digo, ¿a ud le molestaría que yo pasara enfrente y así sin conocerlo ni decirle nada agarrara un cuchillo y le hiciera una herida en el brazo y le dijera, nah, es solo sangre? a pues a mí me molesta que la gente vaya con su humo inflamando las mucosas de mi sistema respiratorio.
Sí, yo sé, que
alguien que va a leer esto fuma, me di cuenta hace poco.
No, no lo
voy a dejar de querer, pero debería quererse más a sí mismo y a
sus nietos y dejar de hacerlo, en serio.
Estoy segura que mi
bisabuela, mi abuelo y mi padre jamás quisieron hacernos daño
intencional, pero los tres fumaban y de ahí ni duda de dónde mis
alergias y las mil enfermedades respiratorias y de la piel a lo largo
de la vida, que según dicen de chiquita casi casi me muero.
La
bisabuela se murió fumando. De hecho el último cigarro se lo fumó en la cama del hospital, a unas horas de morir. Murió de cáncer en el estómago, en
aquellos tiempos en los que la palabra cáncer no era muy conocida,
solo nos dijeron que “le estalló la úlcera”.
El abuelo dejó de
fumar diunsolo, al primer infarto. Jamás en la vida volvió a tocar
un cigarro, pero el daño estaba hecho y a ese le siguieron otros dos
infartos. De milagro sigue ahí, gracias a Dios aun lo tenemos.
Mi
padre dejó de fumar por voluntad propia y de la noche a la mañana
un dia, cuando yo tendría unos 11 o 12 años, y anotó en la
cajetilla dura de Marlboro esta frase: “tabaco, te cambio por jugos
naturales y frutas”. Lo cumplió, pero igual, el daño ya estaba
hecho, tanto en nosotros como en él. Le dio un ACV (accidente
cerebrovascular) del que nunca se recuperó.
Es impresionante
cómo la industria tabacalera se burla de la humanidad y sus
debilidades. Obligados, después de juicios millonarios en USA, ahora
en lugar del hombre en caballo o la chica en bikini, las cajetillas
de cigarro traen imágenes de personas con cáncer en diferentes
órganos...y la gente sigue comprando, los jóvenes siguen
iniciándose en el vicio...no tenemos remedio….¿o sí?.