Hace unos días les publiqué mis experiencias de acoso desde la infancia hasta la edad adulta, reciente, digamos. Una de las reacciones que más me impresionó fue la de un amigo, hombre, quien me contó las suyas. Sí, también a los niños varones les pasan estas cosas, y supongo que las han de callar aun más, por todos los estereotipos que como sociedad nos hemos creado.
Ahora les comparto el relato de otra mujer, que confió en este blog para exponer lo que a ella le pasó. Son inceíbles las similitudes: niños más grandes, adultos en posiciones de “confianza” que hasta lo hacen delante de los padres en son de broma, profesores...también veo una tendencia: ambas, madres, habiendo entendido lo que significó esto en nuestra vidas, estamos más alerta, más conscientes de que a nuestros hijos les puede pasar y, obviamente, los defenderemos mejor que nuestros padres.
Aquí su relato:
No se bien porque razón es difícil escribir de esto, si porque uno no se acuerda bien, si porque da pena o varias razones más.
Comencé a leer los relatos de mujeres que no conozco, pero siento que sí, me digo: ojalá hubiese estado ahí para protegerla, hablar, ayudarla. Hoy me toca a mi.
La primera vez que me sentí acosada tenía como 5 años y un niño, no sé si de mi misma edad o un año más, me seguía a todas partes en recreo y me decía que si quería ser su novia, no es que no supiera que era eso de ser novia, lo que pasa es que sabia que no era para mi edad, me sentía mal y con cólera, a veces me iba lejos de él para no verlo o me quedaba en mi salón sin salir a recreo, algo que ahora veo injusto para mi. Ahora que lo veo en retrospectiva me pregunto: ¿qué le enseñaron a ese niño? me imagino a esos papás que dicen 'buénale hijo" o yo que sé, pero yo detestaba a ese Carlitos.
Luego se me vino a mi mente una que he repasado ya varias veces desde que me sucedió, solo que ahora ya la catalogo como agresión sexual (para mi desgracia): fue el primo de una amiga mía que era mi vecina. Su primo, que recuerdo le decían Beto, llegaba a quedarse unos días en las vacaciones. Tenía como 16 y yo apenas 8. Me dijeron que no me acercara a él, pero fui necia, llegué a buscar a mi amiga y é estaba solo en la cochera. Sí escuché esa voz que me dijo andate, pero no lo hice, me senté en un murito y le pregunté por mi amiga, ni siquiera me contestó, solo me tocó -en son de "juego de cosquillas"- mi vulva. No sé cuantos minutos pasaron, a lo mejor fueron segundos, pero me fui de ahí corriendo, no le conté nunca a un adulto, solo a otra amiguita --la que me advirtió de él- que después supuse que también le hizo algo. Luego pensé en mi amiga (la prima de Beto) y en su hermanita menor, lo que ellas habrán vivido en las visitas de este animal.
Ya tenía yo como 10, mi mamá nos llevaba a mi hermano y a mi a catequesis, estábamos a cargo de maestros y maestras jóvenes como de 20 a 25 años, me gustaba ir era todo muy bien organizado parecía colegio. Había un maestro en particular que decía que yo era bonita, lo decía con libertad frente a cualquiera, hasta enfrente de mi mamá y preguntaba: querés ser mi novia? a los demás les daba risa, a mi me daba pena, me quedaba callada. En ese tiempo ese tipo de conductas de parte de un maestro no llamaba la atención, o sea, solo estaba bromeando (pensaban). Como madre que soy ahora, no dejaría que ningún hombre le dijera esas cosas a mi hija y puedo hablar por mi esposo que tampoco lo permitiría.
El bachillerato fue algo tranquilo, uno que otro enojado porque no quería ser su novia, pero casi todo bien, siempre fui de las que no me quedé callada cuando me decían cosas en la calle, a veces iba con mi mamá y ella me decía "niña, callate, no les hagas caso" . Nos reíamos de las cosas que yo les contestaba, pero en realidad lo que sentía era rabia, por qué estos se creen que me pueden decir cualquier patanada??!!! Así sigo pensando y hace poco en mi colonia silencié a unos obreros de una construcción por haberme 'piropeado". Me sentí invadida porque estaba en mi colonia, este pequeño lugar muy privado que entre vecinos cuidamos para mantenerlo así.
En la Universidad recuerdo específicamente una evaluación oral, uno era examinado individualmente y a veces en grupo, me tocó entrar con una compañera, pero el catedrático le hizo las 5 preguntas a ella primero y le dijo que ya podía salir. Cuando yo le estaba dando la última respuesta puso su mano en mi pierna -muy inocentemente habrá pensado él- y me dijo "no te preocupes, has salido bien" mientras me sobaba la pierna. En ese momento solo querés salir corriendo, gritar o golpear al abusivo, no hice nada de eso, hasta gracias le dije y me salí del aula.
Otro profesor o catedrático se topaba a mi cuando me daba las indicaciones en la clase de informática, me llamaba por mi apellido en diminutivo, me molestaba porque no me llamaba por mi nombre como a todos y se acercaba a mi más de lo debido y esa sensación de estrés antes de ir a la clase porque sabia lo incomoda y hostigada que me iba a sentir.
Una amiga dejó sus practicas, ya las había terminado, solo le faltaba la constancia, pero quien se la tenia que firmar era el tipo que la había acosado durante los 6 meses anteriores, le decía cosas inapropiadas, le agarraba la mano, el brazo a la fuerza para no dejarla ir, hasta que la trato de besar a la fuerza y claro mi amiga salió corriendo, nunca regresó. Le dije que lo denunciara, pero era la palabra de una recién egresada contra la de un funcionario público (sí, porque fue en una institución del Estado, de esas que lucha por los derechos de todos). Me imagino que ese parásito sigue trabajando ahí, no se qué habrá sido de él, pero mi amiga si quedó mal y no quiere ni dedicarse a la carrera.
Supongo que si medito más podría recordar otros eventos, pero esto me ha puesto a reflexionar más que todo en las niñas, que viven mucho acoso y abuso y casi nunca lo cuentan, no saben como hacerlo, son niñas indefensas, inocentes. Trato en todo lo que puedo enseñar a mi hija a que reconozca un buen trato, a que nadie la toque y que demuestre su disgusto si se siente incomoda con algún adulto o niño que la hostigue.
No quiero que ella ni ninguna niña pase una sola cosa de las que yo pasé.
¿Quiere ud compartir su experiencia? dele, aquí hay un espacio abierto.
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