Con esta situación de falta de agua en el área metropolitana de San Salvador se ha puesto de manifiesto lo que siempre he dicho por aquí y por todos lados: los fregados somos los mismos de siempre, los del medio.
Así como en las familias el hijo mayor tiene toda la presión, el chiquito es el consentido y al del medio nadie le hace caso, así nos toca en este sector de la población.
Cuando estudié primaria las clases sociales que nos enseñaban eran baja, media y alta. Las definiciones eran simples: la clase baja era la gente que vivía en mesones o en casas de cartón (sí, esas que cantaron los Guaraguao), la clase media era la obrera que vivía en las casas en serie del IVU y luego del FSV, y la clase alta pues, aquellas tales 14 familias y sus anexos y conexos. Era fácil saber dónde estaba parado uno.
Luego complicaron la cosa y a cada estrato lo subdividieron en bajo, medio y alto. Así salieron con clase baja-baja, baja-media, baja-alta y un montón de términos que solo sirvieron para crear submundos y subdivisiones.
Lo que pasó también es que más gente tuvo acceso a educación y el top ya no era 9no grado. Había muchos más bachilleres que obtenían “mejores empleos”, sí, así entre comillas. Entonces, al grupo privilegiado que se graduaba de la universidad empezaron a darle connotación de “alto”. Pero eso solo es una ilusión óptica. El título universitario no trae consigo la prosperidad económica y cada vez se fue haciendo más difícil encontrar un trabajo decente, porque cada vez había más gente graduada.
¿A qué viene todo esto?
Bueno, resulta que un periodista puso un tuit que decía que este corte de agua le iba a servir a la gente de clase media-alta para darse una dosis de realidad, de la realidad que miles de salvadoreños viven a diario.
Pero se equivocó.
Al menos desde mi interpretación de lo que clase media significa.
No soy socióloga ni erudita en la materia ni nada que se le parezca. Es solo que desde que un dueño de radio dijo que era de clase media me quedé pensando que uno de los dos estaba desubicado.
Yo crecí pensando que era clase media, simple y llanamente porque teníamos casa “propia” financiada a 25 años, pero eramos usuarios del sector público en lo relativo a salud, educación, transporte. Pero alguien que es dueño de medios de producción, que puede pagar 10 salarios mínimos de matrícula en el colegio de sus hijos, que se transporta en vehículos cuyo valor es el de una casa del FSV, que come en restaurantes donde una cena familiar te sale en $100 no puede llamarse clase media. Nuestras realidades no caben en un mismo escalón social.
Volviendo a lo del agua. Fue triste ver cómo profesionales solteros jóvenes bien posicionados que viven en la zona habitacional privilegiada se rieron en redes sociales de que “lo que les gustaba de donde vivían era que la residencial tenía pozo propio y eran ajenos a estos problemas”.
La falta de suministro de agua fue en las colonias a lo largo del Bulevar Constitución, una zona que permanentemente tiene recibos a tiempo, pero servicio intermitente unas horas por la madrugada; Mejicanos, Ayutuxtepeque. ¿Eso es clase media-alta? Talvez, quizás, como dice la canción, lo fue allá por los 80's. Pero ahora la Miramonte, la Miralvalle y esas zonas están habitadas por familias que quizá heredaron las casas de sus padres, profesionales re-endeudados para subsistir, colonias de casas minúsculas vendidas como “Residenciales” solo por el hecho de tener un portón al inicio de la calle. Son lo que en mi infancia se llamaban colonias, solo que con portón.
Ese sector poblacional, al que los sociólogos podrán llamarle como les dé la gana, y que yo identifico como “los de enmedio” somos siempre los jodidos. En lo que sea. ¿Por qué? Porque los de una punta, los más pobres de los pobres, cuentan con el apoyo incondicional del Estado porque puesí, para eso está el Estado. Los de la otra punta, cuentan con su dinero, sus negocios, sus conexiones sociales para autoabastecerse de todo. ¿Y los de enmedio? Bien, gracias, jodidos siempre. Demasiado ricos para recibir ayuda del Estado, demasiado pobres para estar solventes y cubrir todas las necesidades básicas.
¿Nombres, papeles? Fácil. Como dijimos al inicio, los del top de la pirámide ni enterados, porque en sus complejos habitacionales con cuotas que superan el salario de los “de enmedio” hay pozos privados. Los de las comunidades, los que viven en las viviendas informales, reciben las pipas de ANDA cono primera prioridad. Ahí en las redes las fotos. Porque es importante mostrar las fotos, porque el Estado debe demostrar que cumple.
¿Y los del medio? No reciben las pipas gratuitas del Estado porque sus hermanos más necesitados son prioridad, pero tampoco reciben las pipas privadas que hay que pagar y dividir entre 3 o 4 casas para poder pagarlas, porque éstas prefieren servirle a comercios y clientes habituales. Ni regalada ni comprada.
Conclusión: a la hora de que el recurso sea tan escaso que haya que racionar ¿a quién creen que se lo van a quitar primero? Cabal, a los de enmedio.
PD: y usted ¿ya se bañó?