jueves, 13 de febrero de 2014

More than a woman

Somos mujeres y somos, realmente, una gran cosa.

En estas dos semanas he probado el máximo de la exigencia de la vida femenina: semana de tareas evaluadas en el colegio y exámenes cortos para el grande, chiquita agripada, yo misma enferma, aun convaleciente de una cirugía, saliendo a media noche de la oficina...y así.

Gracias a la persona que me ayuda en casa, este mes ya no me toca estar pendiente de lavar la ropa, pero antes aunque llegara de madrugada de trabajar, todos los días había que seguir con la lavada.

Jueves me fui a las 8 pm de la oficina, viernes a las 8, el sábado reunión en el colegio, el lunes que venía dispuesta a sacar el trabajo en el dia, acabé yéndome pasada la media noche, a las 6:30 am del martes tenía cita en el colegio, calles cerradas, llegué a las 7, no me atendieron, reprogramar, volver a la oficina a seguir, darme cuenta que no había nada qué comer en la casa, hacer el super online, almorzar a las 6 de la tarde del martes, llegar a estudiar para el examen del miércoles, llegar a la oficina el miércoles y no salir hasta el jueves a las 4:30 am, para llegar a casa a hacerle desayuno al peque, enrumbarlo al cole, dormir una hora y regresar a la oficina, almorzar a las 3 del jueves...

Somos varios aquí, quizá equilibrado entre hombres y mujeres. Las tres que somos mamás, nos fuimos igual al amanecer para preparar a los hijos para el colegio y volvimos, a seguir, para terminar el trabajo.


Estoy cansada, agotada, enferma...y todo lo que quisiera mañana es encontrarme alguien cursi en el camino que me regalara chocolates, un peluche, una rosa...porque sí, además de super-mujer-mamá-profesional-autosuficiente, también quisiera que al menos de vez en cuando, alguien cuidara de mi.


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