Un supuestamente inofensivo video juego nos hizo pasar momentos terribles el fin de semana.
y a vos, qué sustos te han dado tus hijos?
Un chico que se encontraba jugando Wii en un centro comercial, accidentalmente golpeó en la frente a nuestro peque...fue una fracción de segundo, en un parpadeo, escuchamos el golpe seguido del grito de dolor del pequeño.
Inmediatamente se le hizo un “chindondo” (chipote, hinchazón, protuberancia) del tamaño de una moneda de 25 centavos de dólar, levantada aproximadamente medio centímetro, morada y con un rasguño en el centro.
Corrimos al médico, en medio de los gritos de dolor del niño. El chico que lo golpeó se asustó mucho y sólo repetía “disculpen, lo siento, disculpen”.
Le ordenaron una radiografía de cráneo y nuestra cena de fin de semana terminó en las salas de espera de dos hospitales. Al llevar la radiografía al pediatra de turno en el hospital, nos dio el que hasta ahora ha sido el mayor susto de nuestras vidas.
Al expandir en "sigue leyendo" les cuento el resto...
Inició con el técnico (de un reconocido centro de imagenología) que nos dijo temeroso que lleváramos al niño al médico porque se le veía una “fracturita”. Luego el pediatra, nos indicó sobre la placa que el peque tenía una fractura circular en el cráneo, a la altura de la frente, la cual era conocida como fractura de “ping-pong” porque era como golpear una pelotita de tenis de mesa, que se hunde al contacto. Se requería entonces un TAC (tomografía axial computarizada) para determinar que no hubiera hundimiento del hueso y por ende presión en el cerebro...de haberla, habría que llamar al neurocirujano y operar. Sí, operar, el cráneo, nuestro hijo...esas palabras no podían estar juntas en una misma oración. Me dio un mareo y tuve que sentarme.
Fuimos al TAC, rogándole al pequeño que se estuviera lo más quieto posible, pues de ninguna manera quería que lo anestesiaran para realizar el estudio. A sabiendas de las posibles repercusiones por la radiación, entré con él para que le hicieran el estudio – jamás me había probado un chaleco de plomo, pesan muuuucho – y durante 15 eternos minutos le conté un cuento para mantenerlo tranquilo, en el que se me olvidaron los nombres de todos los personajes.
Salimos a esperar los resultados. La media hora más larga de nuestras vidas. Salió el médico y nos dijo que el estudio se veía bien. El niño, aunque no lo expresaba, estaba también preocupado, tanto que me preguntó: “mami, verdad que no me voy a ir a otro mundo?” No mi amor – le contesté yo – estarás bien, y soltó un suspiro de alivio.
Nos recomendaron que guardara reposo, que no se expusiera a otro golpe, pues otro traumatismo en el mismo sitio podría generar el temido hundimiento del hueso.
Después de no poder dormir todo el fin de semana, hoy le llevamos las radiografías y el TAC a un radiólogo – médico especialista en imagenología – y nos dijo que no había fractura, que lo que se reflejaba en las imágenes era la sutura normal de los huesos del cráneo y se veía dos veces porque seguramente el niño giró un poco la cabeza al momento de la radiografía.
Por aquí y por acá se encuentran argumentos en pro y en contra de realizar estudios de imágenes para estos casos.
Conclusiones:
Lo maravilloso: que gracias a Dios, no tiene nada de mayor gravedad que la inflamación y el dolor, que le bajará en unos días.
Lo irónico: a veces por más que cuides a tus hijos, en un instante les pasa algo y te quedás preguntándote cómo pudo ser.
Lo malo: que al menos por aquí, en horas no hábiles no hay personal especializado que pueda dar una lectura certera de las imágenes.
Lo desgastante: que nos hubiéramos podido ahorrar los $250 del TAC, que ahora debemos a crédito, si hubiésemos tenido una mejor lectura de las radiografías, aparte de haber evitado la radiación innecesaria al niño.
Lo insólitamente infantil: que al día siguiente del incidente, el nene estaba preguntando si no íbamos a ir al centro comercial a jugar Wii...a lo que nosotros naturalmente respondimos:¡Nooooooooo!!!
Inmediatamente se le hizo un “chindondo” (chipote, hinchazón, protuberancia) del tamaño de una moneda de 25 centavos de dólar, levantada aproximadamente medio centímetro, morada y con un rasguño en el centro.
Corrimos al médico, en medio de los gritos de dolor del niño. El chico que lo golpeó se asustó mucho y sólo repetía “disculpen, lo siento, disculpen”.
Le ordenaron una radiografía de cráneo y nuestra cena de fin de semana terminó en las salas de espera de dos hospitales. Al llevar la radiografía al pediatra de turno en el hospital, nos dio el que hasta ahora ha sido el mayor susto de nuestras vidas.
Al expandir en "sigue leyendo" les cuento el resto...
Inició con el técnico (de un reconocido centro de imagenología) que nos dijo temeroso que lleváramos al niño al médico porque se le veía una “fracturita”. Luego el pediatra, nos indicó sobre la placa que el peque tenía una fractura circular en el cráneo, a la altura de la frente, la cual era conocida como fractura de “ping-pong” porque era como golpear una pelotita de tenis de mesa, que se hunde al contacto. Se requería entonces un TAC (tomografía axial computarizada) para determinar que no hubiera hundimiento del hueso y por ende presión en el cerebro...de haberla, habría que llamar al neurocirujano y operar. Sí, operar, el cráneo, nuestro hijo...esas palabras no podían estar juntas en una misma oración. Me dio un mareo y tuve que sentarme.
Fuimos al TAC, rogándole al pequeño que se estuviera lo más quieto posible, pues de ninguna manera quería que lo anestesiaran para realizar el estudio. A sabiendas de las posibles repercusiones por la radiación, entré con él para que le hicieran el estudio – jamás me había probado un chaleco de plomo, pesan muuuucho – y durante 15 eternos minutos le conté un cuento para mantenerlo tranquilo, en el que se me olvidaron los nombres de todos los personajes.
Salimos a esperar los resultados. La media hora más larga de nuestras vidas. Salió el médico y nos dijo que el estudio se veía bien. El niño, aunque no lo expresaba, estaba también preocupado, tanto que me preguntó: “mami, verdad que no me voy a ir a otro mundo?” No mi amor – le contesté yo – estarás bien, y soltó un suspiro de alivio.
Nos recomendaron que guardara reposo, que no se expusiera a otro golpe, pues otro traumatismo en el mismo sitio podría generar el temido hundimiento del hueso.
Después de no poder dormir todo el fin de semana, hoy le llevamos las radiografías y el TAC a un radiólogo – médico especialista en imagenología – y nos dijo que no había fractura, que lo que se reflejaba en las imágenes era la sutura normal de los huesos del cráneo y se veía dos veces porque seguramente el niño giró un poco la cabeza al momento de la radiografía.
Por aquí y por acá se encuentran argumentos en pro y en contra de realizar estudios de imágenes para estos casos.
Conclusiones:
Lo maravilloso: que gracias a Dios, no tiene nada de mayor gravedad que la inflamación y el dolor, que le bajará en unos días.
Lo irónico: a veces por más que cuides a tus hijos, en un instante les pasa algo y te quedás preguntándote cómo pudo ser.
Lo malo: que al menos por aquí, en horas no hábiles no hay personal especializado que pueda dar una lectura certera de las imágenes.
Lo desgastante: que nos hubiéramos podido ahorrar los $250 del TAC, que ahora debemos a crédito, si hubiésemos tenido una mejor lectura de las radiografías, aparte de haber evitado la radiación innecesaria al niño.
Lo insólitamente infantil: que al día siguiente del incidente, el nene estaba preguntando si no íbamos a ir al centro comercial a jugar Wii...a lo que nosotros naturalmente respondimos:¡Nooooooooo!!!
y a vos, qué sustos te han dado tus hijos?
5 comentarios:
Que feo lo que les sucedió, es un. mal momento! , lo bueno es que a pesar de todo , nada malo fue pero al leer cuando queria ir de nuevo a jugar después de todo lo que pasaron, los niños son así , ellos olvidan esas situaciones donde a nosotros los mayores se nos viene el mundo encima , con una rapidez terrible. No soy mamá , pero si maestra y situacion extremas siempren en la carrera de una nos toca pasar..
besoss
Andru
Mira es tremendo con esos sustos mas cuando es el primero, ya con el segundo lo tomas con más calma pero el problema veo yo es que los Doctores les dieron paja no se si con el fin de sacar mas $$$ o realmente su ineptitud, la cosa que a mi hija una vez se me enfermo de Tifus, y no sabian que era los medicos ya me le querian meter la navaja para revisarla hasta que llego nuestro doctor de cabecera le tenemos mucha confianza y dijo que le hicieramos otro examen el de la fiebre tifus, la cosa que salio positivo y a tiempo porque ya se le habia inflamado la pleura del pulmon y el pericardio, gracias a Dios sano y 4 días despues estaba en casa, pero fue realmente desesperante la ansiedad de saber que le pasa a tu hijo o hija
Gracias a Dios solamente fué un susto; lo malo de estos "pequeños accidentes" es que uno se siente impotente al no poder hacer algo para calmar el sufrimiento de los peques.
Que susto amiga, me lo imagino como mamá que soy y no es para menos, la angustia de esos momentos es horrible.
Menos mal que sólo fue eso y no pasó a mayores!!
Por mi parte he pasado algunos sustos pero no quiero ni recordarlos!
besotes reina!
Andrea: entiendo tu posición de maestra también...mi mami me contó que una vez un alumno suyo se abrió la frente al chocar con un muro y se lo tuvo que llevar ella al hospital, le dieron 6 puntadas al peque y los papás ni siquiera llegaron al hospital!!!! Gracias por visitar, ya te extrañaba =)
Virginia: conozco dos amigas que también les tocó de mamá-hermanas y aseguraron que los niños les gustaban, pero en sopa...una de ellas ya tiene 3 hijos y la otra está embarazada =). Yo agregaría que el amor de madre te incorpora un gen especial que hace que la angustia se multiplique a la enésima potencia. Gracias por tus buenos deseos.
Wirwin: fijate que yo pensaría que más que lucro, el doctor lo que estaba era nervioso e inseguro...lo malo de ir a emergencias. (seamos realistas, aquí ER no aplica). Tifus??? no me mates del susto, cuántas cosas les pueden dar a los peques que ni nosotros ni los médicos conozcamos?. A principio de año le dio fiebre al peque por 8 días seguidos, le hicieron todos los examenes que se le ocurrieron al Dr (al pediatra de cabecera) y al final de la semana la fiebre se le fue sin más y sin saber qué tuvo.
Eduardo: tenés razón, la impotencia es algo terrible, que te devora por dentro y te exprime el cerebro.
Moni: imaginate vos, por partida doble te tocan!!!.
Gracias a todos los que comentaron y le desearon lo mejor al peque, como dicen, en las malas se conocen los amigos...los quiero a todos =) !!!!
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