Tenía una sonrisa y una mirada increíbles, en la película “Los Muchachos Perdidos “ (The Lost Boys), la cual disfruté de principio a fin, a pesar de odiar a los vampiros. Nos la llevaron a ver de parte de la escuela pública donde estudiaba, había una o dos películas al año, como actividades para recaudar fondos.
Luego vino en “Lucas”, una película algo extraña, pero su presencia la hacía mágica.
La última vez lo ví en “Sin permiso para manejar” (License to drive).
Otro niño Hollywood que acaba mal. Dígame si no es una gran pérdida para la humanidad.
Descansa en paz.
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