martes, 1 de junio de 2010

Un año de Don Funes

Advertencia: esta no es una reflexión política, ni una gan filosofada histórica.

Querido Presidente:

Ya pasó un año desde aquel glorioso día en que no nos dejaron ver el discurso presidencial y nos conformamos con escuchar los tales cañonazos desde aquí.


Nunca creí que estaríamos mejor. Yo no pensaba que hubiera fuerza política capaz de sacarnos de la crisis en la que estábamos. Sinceramente se lo digo, me parecía muy conveniente un cambio en el poder porque cuando uno está en un puesto por mucho tiempo se acomoda a él y de repente ya no lo hace bien. Entonces, los señores de la "derecha" necesitaban una sacudida.


Si ha hecho algo usted y su cambiante gabinete, no estoy muy segura. Algo ha hecho, sí, pero para los mismos de siempre. Hace poco más de un año, en plena campaña, mis quejas eran las de muchos de condiciones similares: la tal clase media, nunca atendida, siempre sufrida, siempre olvidada.


Un día escuché a un dueño de medios de comunicación decir que a él, como clase media, no le afectaba pagar $15 por el gas. Él es empresario, sus hijos estudiaron en colegios de $400 mensuales, tiene carros todo terreno, se va de vacaciones a USA o Europa. No señor, usted no es clase media. Y si usted lo es, entonces yo no lo soy.


En mi concepción quizá demasiado simplista, la clase media es la de la gente asalariada, que si no le pagan un mes se le complica la vida y las deudas, que sus hijos no van a escuela pública, pero tampoco puede llegar a los colegios bilingües, que tiene carro porque se tiene que movilizar de alguna forma, pero es de segunda mano y más de media vida, y que cuando quiere irse de "vacaciones" le ajusta para una noche en un hotel de playa local.


Sí, yo sé, que en Estudios Sociales, Demografía u otra materia relacionada nos dijeron que había clase media alta, media media, media baja y todas las permutaciones que se le ocurran.


En fin, el punto es que usted, Mr President, ha orientado sus planes para beneficiar a los "más pobres de los pobres" - los de siempre - que ahora han tenido uniformes y zapatos para mandar a los niños a las escuelas. Sí, es bueno, aunque sea por el costo del par de zapatos a la gente le va a motivar mandar al bichito a que estudie en lugar de que venda mangos en la esquina. Pero a ellos, todos los gobiernos los han atendido. Ellos, a los que les pasan todas las desgracias publicitadas por los medios, reciben casas, tierras, ropa, comida y un montón de etcétera. Que no está mal, el problema es que no son los únicos salvadoreños.


Por otro lado, dicen que algunas de sus medidas económicas favorecen a los que tienen mayor poder económico. De eso no sé, no tengo ejemplos a mano. Pero igual, ellos han sido favorecidos por todos los gobiernos.


Pero hay un sector, que no somos lo suficientemente pobres como para que nos regalen las cosas y no somos lo suficientemente ricos como para que nos valga el costo de la vida. Y es justo a nosotros, a los que nos sube la factura del agua a $18 por vivir en una zona donde se roban el medidor a cada rato y lo más fácil es poner cuota fija, a los que nos sube la gasolina y andamos subsidiando buseros irresponsables, a los que nos van a subir el gas, a los que no podemos ir al centro a comprar "más barato" porque no estamos "entrenados" para salir con vida de la delincuencia de la zona, a los que nos suben las medicinas y no nos queda de otra que gastar $150 en una receta porque no nos dan permiso para ir a las Unidades de Salud porque se pierde mucho tiempo y en el ISSS o no hay medicinas o lo diagnostican mal a uno.


O sea, los jodidos de siempre.


Y yo, la verdad, después de un año, no veo qué ha hecho usted por el sector donde yo estoy. Así que si lo sabe, compártalo conmigo Señor Presidente, porque su solecito con montañitas en paint no ha salido cerca de mí.

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